domingo, 15 de marzo de 2020

Sense and sensibility


La Fórmula 1 tiene como mayor grandeza que mires donde mires, busques lo que busques, desde 1977, más o menos, todo encuentra su respuesta esencial en la figura poliédrica de Bernie Ecclestone, incluso ahora que mandan en el deporte los chicos de las colonias británicas.

Y aquí le tenemos de nuevo, aclarando por qué sigue siendo único, porque mientras entra como elefante en cacharrería contra Maranello olvidando que él también es embajador de la F1, admite que a Lewis Hamilton le faltan dos hervores a pesar de sus seis campeonatos: «Todavía está buscando lo que hará cuando deje de correr. Moda, música, creo que Lewis aún no está seguro de sí mismo en general, esto también se refleja en su manera de pilotar cuando quiere saber qué tiempo ha marcado su compañero o qué está pasando con los Ferrari. Creo que no tiene mucha confianza...» [Bernie Ecclestone aconseja a Hamilton quedarse en Mercedes].

Amén del puntito xenófobo que se percibe en sus palabras sobre La Scuderia«Para él no funcionaría estar en Ferrari porque son italianos. Tendría que aprender realmente el idioma para saber lo que están diciendo a sus espaldas»—, Bernie se enreda en juegos florales y se nos mete a malabarista haciendo ver que sabría como manejarlo: «Mercedes intenta controlarlo un poco, pero yo le daría total libertad...» Sí, claro, daría total libertad a un piloto que «no está seguro de sí mismo» y sobre el que cree «que no tiene mucha confianza», ¿es para quererlo o no es para quererlo?

En fin, os confieso que lo que más me preocupa del mundo de contradiciones y enredos para la prensa en el que vive nuestro protagonista es que se muestra incapaz de ser mínimamente coherente porque se lo consienten. Acaba de caerle un chaparrón por parte de Liberty [En los Mundos de Yupi], y en vez de recular insiste en ver la Fórmula 1 bajo su particular prisma, ése que lo convierte en el eje de la actividad aunque la norteamericana lo desterró de ella a finales de enero de 2017.

Dejó el deporte hecho unos zorros y todavía estamos pagando los platos rotos de un enfoque que dio un extraordinaro poder a un puñado de equipos, al resto había que apuntarles con un revólver para que aceptasen los cambios previstos para 2021, pero le gustan los focos y los micrófonos más que a un tonto una tiza, y olvida que cuando él estaba al mando los conductores tenían prohibido hablar mal de Pirelli, un ejemplo, o que Kimi o Fernando eran pésimos embajadores porque no reían en público todas las gracias del apparatchik, y cuando le toca cerrar filas por ver si Liberty acierta en sus planteamientos y la F1 sale definitivamente del hoyo, Bernie abre la boca y saca su vena pirómana por ver si acaba pescando en río revuelto...

En casa se está tan agustito... Os leo.

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