Me dicen que no hará falta ponerse mascarilla para ver el Gran Premio de Australia, y es que todo indica que vamos a tener completito el fin de semana que comienza de hoy en siete días, y, claro está, se nos van a quitar de encima los restos de la morriña que acumulamos desde comienzos de diciembre pasado.
Los test de pretemporada han sido bastante flojitos, para qué vamos a andarnos con gaitas, de forma que lo que debería ser sano interés por los monoplazas y pilotos, se ha convertido en la enésima prolongación del sinvivir que producen los bulos y chismorreos. Y es que si la actividad con mayor atractivo se desarrolla en las gradas del Circo, normal que lo que sucede en la arena pase desapercibido y el Frente Popular de Judea se lleve todos los focos mientras discuten temas esenciales para la Humanidad y sus integrantes prosperan en redes sociales...
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