domingo, 17 de noviembre de 2019

Satisfacer a Jos


Una de las cosas más gratificantes que tiene peinar canas es que la gente te mira como si pesaran como plomos, te entiende como si fueses extraterrestre, te niega un sentido del humor que te has ganado a pulso y ni imagina que todo ello te puede importar un pimiento...

Sigo en mis trece: Mercedes está echando una manita a Red Bull-Honda [Doctor en Alaska], y aunque seguramente lo conoceremos en dos o tres años, su sombra se nota ahora mismo, porque cuando todo el pescado está vendido la Fórmula 1 busca cuidar de los suyos y suturar las heridas, y, bueno, se ha convertido en una prioridad callar a Jos Verstappen y dar alas a Max para que aguante un año más, y eso siempre se ha de concretar en resultados en pista.

En la clasificación del Gran Premio de Brasil ha resultado sintomática la pérdida de punch de Ferrari a pesar de que la FIA insista en que lo suyo es legal, pero más clarificante ha sido la bajada de brazos de Mercedes AMG. Es hora de comprar que hay futuro con Milton Keynes mordiendo los tobillos de Maranello, y que llegamos a 2020 con las espadas en alto, pues en esto consiste el espectáculo: en creer, en creer, en creer...

Max ha mordido el anzuelo y su santo padre está más contento que unas pascuas. Red Bull está cumpliendo su palabra para 2019 y Honda ha mejorado la órdiga bendita. El esfuerzo mancomunado de la austriaca y la japonesa, y la filial italiana, está dando resultados a pesar de suponer un sindiós en un negocio que se autodenomina deporte. Pero las cuentas salen, que es lo importante, sobre todo si contemplamos como irrenunciable la manita que puede estar aportando la de Stuttgart con base en Brixworth, de cuya existencia sabremos cuando ya no haga puñetera falta.

La estrella de tres puntas siempre acaba echando una mano, es la más grande por la gracia de Dios. Es alemana, por si no os habíais dado cuenta. Se la tendió a Ferrari en 2015 y después de putear a la de Sakura en su primer año, ya iba tocando brindársela a Honda porque el futuro llama a la puerta y todo debe estar en su sitio.

No se jugaba nada importante en Interlagos, por eso Max ha brillado tanto. Jos tenía que dormir a pierna suelta y era hora de fuegos artificiales, y de canas, que, en el fondo, vestirlas también significa estar un poco de vuelta de todo. Se cierra el círculo, nosotros también podemos irnos a la cama.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Habrá vida en Mercedes más allá de Hamilton?

A lo peor, la alemana está repartiendo la herencia en vida.