lunes, 1 de octubre de 2018

1 de octubre


Me vais a disculpar que comience el día, la semana y el mes, tratando de encontrar un poco de calma. Ahí fuera está la cosa muy revuelta. Las estridencias de la prensa británica y alemana con respecto a la excelencia de Hamilton y Mercedes AMG parece que han dado carpetazo definitivo a todo aquello que se dijo sobre Ferrari, sus trampas y su tremenda ventaja...

En realidad, esta figura retórica no es en absoluto nueva. Todo lo que pone en riesgo su incontestable dominio acaba teñido de sombras y dudas, o directamente manchado de porquería. 

Ocurrió con Renault a mediados de la década pasada, y por supuesto en 2007, cuando, precisamente, tuvo que ser un español tramposo el que puso en tela de juicio a McLaren y su estrella emergente. Si lo pensamos bien, incluso con el tema del crashgate de Singapur 2008, la historia ha sido más benévola con Pat Symonds (Berdford, U.K.) que con el más perverso de todos, italiano él, Flavio Briatore.

No sé si solicitar que alguien levante la mano si recuerda nuestros últimos tramposos ingleses o alemanes (los austriacos son casi sus hermanos de leche), que sé que la pregunta se las trae con abalorios porque, francamente, yo no recuerdo a nadie. Brawn GP lo hizo todo bien, Red Bull también, y por supuesto, a Mercedes AMG no se le puede reprochar nada. Incluso el Pirelligate quedó en nada. Y vio God que todo era bueno y así lo dejó en el octavo día de la Creación. Ajo y agua, que decía aquél.

Y bien, estrenamos mes y allá que vamos a velocidad de crucero a encontrarnos con el Gran Premio de Japón con la tranquilidad instalada en el cuerpo. Ferrari, ni con sus trampas (sic) ha sido capaz de impedir que, por fin, el W09 de Brackley se parezca al que vimos recorrer sus primeros kilómetros en Montmeló, en pretemporada. Pero entre febrero pasado y ayer domingo no ha sucedido nada extraordinario salvo que la lógica del universo ha vuelto a imponer su ley: los buenos van al cielo, los malos a purgar sus pecados en el infierno.

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El Ferrari es un cochazo, sólo les ha fallado una pieza para estar a la altura de Mercedes o incluso por delante. La pieza que va entre el volante y el asiento para más señas. Lo de ayer no fue un "superadelantamiento" de Hamilton. Fue una cagada (otra más) de Vettel. El alemán no está, y Hamilton lo va a masacrar, esto viene bien a la prensa pro-Vettel que podrá decir que el Mercedes es un cohete inalcanzable...

Keskus dijo...

Hay muchos detalles para el adelantamiento. Probablemente Vettel se fundió toda la batería e tres la vuelta de salida de boxes para hacer el undercut y la recta de meta en la que se defendió. De esa manera, con 160CV menos, pudo Hamilton adelantarle en la curva 4 por el exterior (no sin mérito en la frenada). Vettel hizo buena carrera pero Mercedes fue superior y Hamilton, mas habil en esa maniobra que, recordemos, suponía recuperar la posicion perdida en los garajes.
Un saludo