jueves, 25 de octubre de 2018

Jailhouse Rock


A Daniel le queda un suspiro para abandonar definitivamente el campo de concentración donde tiene domicilio postal en la actualidad. Luego todo será... simplemente distinto.

Un par de meses de seguir aguantando bromitas de mal gusto y tragar algún que otro sapo, y la libertad brillando al final del túnel como premio para un tipo que, desde mi humilde punto de vista, merecería otro tipo de trato. Pero en fin, Ricciardo no es como yo, ni falta que le hace, y ante la andanada de chistes malos que está aguantando no responderá jodiéndole las tres carreras que quedan a Max Verstappen, porque si hay que reírse, mejor nos reímos todos, ¿no?

Doy por seguro que Horner y herr doktor Marko lo encajarían bien, o medio bien, o directamente mal, ¿qué más da? Te pones cerquita del holandés en las parrillas de salida de México, Brasil y Abu Dhabi, y te dedicas a hacer un Senna vs. Prost en el Hermanos Rodríguez, un Salazar vs. Piquet en Interlagos, y un Schumacher vs. Villeneuve en Yas Marina...

Vale, parece indudable que no pasaríamos del Ayrton vs. Alain porque en Red Bull entenderían inmediatamente el mensaje. Tampoco imagino a nadie desternillándose con la ocurrencia. Ni aceptando como excusa que si total, aussie junior no va a terminar la carrera, mejor que la acabe dándose el gusto, gustazo, más bien.

Estoy de broma, evidentemente, pero es que llevo mal eso de que los patrones se meen en los pantalones de sus currelas. Hay un contrato, como ha tenido a bien recordarnos Marko para justificar que Ricciardo no participe con Renault en los test de Abu Dhabi, pero por eso mismo debería existir un respetito por favor hasta su extinción. Que no digo que haya que liberar a Daniel antes de cumplir condena, pero esta mierda de negocio debería cuidar un poco más las formas porque se supone que va de deporte. Y, además, si según el amargado, el australiano las va a pasar canutas los dos años próximos, razón de más para rebajarle de responsabilidades en cuanto se cierre la persiana en Yas Marina...

No va a suceder porque ese tufillo a vendetta cutre que reina en Milton Keynes es real, y seguirá siendo real aunque al final haya despedida de soltero al cierre de la temporada. Y aquí viene lo chistoso del asunto, porque los que ven bien que a Daniel se le esté tratando como si fuese un puto felpudo, clamarían al cielo si al de Perth se le ocurriera replicar la marranada que le metió Max a él en Bakú.

Ya digo que el protagonista de esta entrada no es como yo, y reitero que no le hace falta, pero os juro que quien os está escribiendo dejaba firma de su paso por Red Bull y, además, cantando el Jailhouse Rock de Elvis Presley.

Os leo.

1 comentario:

anonimo dijo...

No olvidemos que estas personaes están en el pináculo del deporte; son megaestrellas con todas las letras. Están allí donde a muchos nos gustaría haber estado.
Cuando Valentino era un chiquilín y hacía sus primeras armas en la antigua categoría 500, Biaggi le exigió que no "se agrande", que la fanaticada de Italia venía a verlo a él y no al joven recién llegado. Luego vino "el saludo" (léase "peineta") de Valentino cuando Biaggi lo empujó fuera del circuito.
Ayrton-Alain, Perez-Ocon, Hamilton-Rosberg, Ogier-Loeb, Magnussen-el resto de la parrilla, ... hay incontables ejemplos donde un piloto tiene antipatías personales con otro, en especial si va de tú a tú con el mismo coche.
Ya no cuenta más aquello de "en tu espalda" (Respuesta de Jones a Reutemann, cuando el primero le pidió de enterrar el hacha de la guerra, aclaración para los que son jóvenes y no están al tanto), ni las lecciones de boxeo entre los portuparlantes Salazar-Piquet. Ahora somos "políticamente correctos" y declaramos a los medios que las relaciones continúan siendo buenas.