lunes, 29 de octubre de 2018

Max al cuadrado


Si el futuro es Max Verstappen me puedo ir a la cama mucho más tranquilo, porque cuando Carlos disponga de coche, y le venza, podré certificar que los criterios de Liberty han servido para algo.

Dolido por haber perdido la pole, el holandés arrancaba como un puñetero resorte en el Hermanos Rodríguez, consciente de que los Red Bull podían durar muy poco teniendo a los Mercedes AMG y Ferrari detrás. Y aguantaba y se ponía en modo inalcanzable, y bueno... ya lo visteis, incluso preocupado las últimas vueltas por lo que le había sucedido a Ricciardo, alcanzó a terminar en primera posición ofreciendo una pequeña lección de gestión de una prueba.

El Gran Premio de México ha sido para el hijo de Jos una carrera cómoda, pero para los líderes siempre suelen ser tranquilotas. Máxima eficiencia aerodinámica con abundante aire limpio alrededor, confianza plena en las indicaciones del muro, mantener a raya a los rivales y esas cosas. Pero hay que estar, y lo cierto es que nuestro protagonista partía segundo aunque, a cambio, salía armado con toneladas de rabia.

Así las cosas, resolvió en los primeros compases. Superó a Daniel y dejó que éste se batiera el cobre con Hamilton. A partir de ahí: cabeza y manos, y temple, que hay que tenerlos muy bien puestos para aguantar 71 vueltas sin apenas cometer errores, por decir algo. 

Max empieza a estar hecho, como los buenos asados. Después de las llamadas al orden de herr doktor Marko, Verstappen ha logrado dejar atrás al chiquillo de comienzos de campaña, nervioso y al que comían las prisas. Supongo que también habrá contribuido lo suyo saber que Ricciardo está apartado de la dinámica interna de Red Bull y que el australiano militará en Renault el año que viene, pero en esencia se puede decir que el de Hasselt está viviendo estos momentos sin presiones de ningún tipo, en modo dulce, y que está disfrutando en la actualidad (y haciéndonos disfrutar) como un perfecto cosaco.

Como ya os he comentado en otras ocasiones, veo las retransamisiones por Sky Sports y, al hilo, me hizo gracia ayer el énfasis que ponían los locutores en los miedos que mostraba Verstappen por lo que le había sucedido a Daniel. Hubo cachondeo y todo, pero para ganar también hay que estar a estas cosas, y si tocaba decirle al ingeniero del muro que no pasaba nada por poner otro mapa, se decía...

Max quería ganar y era consciente de su Talón de Aquiles. Hasta en esto estuvo soberbio.

Os leo.

3 comentarios:

Antonio L. dijo...

Max es un canibal que se va a merendar a todo el que se le ponga por medio. De momento todo le sale perfecto (que razón tenias cuando escribiste salvar al soldado Max) y si ha tenido algún tropiezo ha sido por su mala cabeza. Muchas prisas ha tenido sin realmente tener ninguna presión por nada en concreto.

El próximo año con un motor decente, este chico se lo va a poner muy dificil a los aspirantes al título. En definitiva un diamante que se está puliendo y espera brillar lo antes posible.

Respecto a Carlos Sainz, espero que el año que viene Mclaren de con la tecla y el coche le sirva para luchar por algún podio o incluso su primera victoria. Eso le servirá para seguir creciendo y en el momento adecuado poder luchar por cosas más importantes con una escudería que está en proceso de reestructuración y crecimiento.

Un alonsista.

chema dijo...

Carrera cómoda no, carrerón. Que manos tiene el jodido!!!

Anónimo dijo...

Mucho confiáis en Sáinz existiendo otros astados con mejor armadura. ¿Acaso creéis que es el campeón que la Fórmula 1 necesita estando por ahí Verstappen y otros?

Si le cortaron las alas en Toro Rosso y ahora se las han cortado en Renault...

Y espérate cuando llegue Mick, que ese sí que va a ser el Mesías de todos los Mesías.

PD. Si Fernando se va amargado de todo y de todos, qué de bueno puede acontecerle a Carlos en este mundo de tiburones?


King Crimson