viernes, 12 de octubre de 2018

2016 [#McHonda 05]


A pesar de haberse estrenado con el brutal accidente que afectó a Fernando Alonso en Melbourne, se mire como se mire, 2016 supone el mejor año de la alianza anglo-japonesa a pesar de que el saldo al final de temporada será de tan sólo 76 puntos.

McLaren ha sido capaz de puntuar en 13 ocasiones de las 21 que propone el calendario, pero, a todas luces el resultado es muy insuficiente. Honda sigue pagando caro las restricciones sufridas durante 2015. Ha cambiado al controvertido Yasuhisa Arai por el hierático Yusuke Hasegawa, pero la bienvenida de los otros fabricantes y la FIA ha cumplido su cometido: con márgenes tan exiguos y únicamente dos coches en pista, la evolución es más lenta de lo que sería deseable y el encuentro con la fiabilidad empieza a sonar a quimera. Ni se hacen suficientes kilómetros ni se recaban suficientes datos. Sakura está literalmente pillada.

En la parte de Woking la cosa tampoco se dibuja mejor. Dennis aguantará como buenamente puede, pero definitivamente será obligado a vender sus acciones y a primeros de noviembre abandonará la que ha sido su casa durante más de tres décadas...

Vista en perspectiva, la situación parecía de locos porque seguramente así era. Una sangría constante de dinero, unos resultados de mierda, y un horizonte más negro que el sobaco de un grillo, desde luego no era lo que se esperaba cuando Martin Whitmarsh anunció a bombo y platillo que el binomio McLaren-Honda volvía a las pistas para reverdecer los laureles de finales de los ochenta del siglo pasado.

Podríamos escribir varias entradas como ésta intentando dar respuesta a por qué Honda decide empezar prácticamente de cero en 2017, pero honestamente pienso que aquí es perfectamente aplicable el principio de parsimonia, la navaja de Ockham. 

Sakura no ve la salida al túnel trabajando sólo para Woking. Dos coches no dan para responder adecuadamente a un reto tan enorme como el que lleva entre manos, y puesto que para 2017 la normativa abre una ventana que posibilita rehacer una parte importante de los proyectos, toma el mismo camino que Renault y se embarca en un cambio de posición del MGU-H que recuerda al esquema utilizado por Mercedes-Benz, lo que facilitará que los medios británicos propaguen la buena nueva de que los japoneses no saben hacer motores, pliegan velas y copian a Stuttgart, cuando lo que hay detrás de todo ello es un pragmatismo brutal: con dos vehículos y después de haber sufrido una canallada monumental en 2015, Honda se adapta al nuevo escenario con la intención de recortar tiempos, cosa que, como sabemos de sobra, tampoco conseguirá porque el problema sigue siendo la escasa capacidad para probar, rodar y conseguir datos.

«Es obvio que si suministrar  a un equipo no es un beneficio para McLaren y Honda, entonces no lo queremos, no estamos contentos. Actualmente la primera prioridad es conseguir una victoria con McLaren-Honda...» [Si trabajar con otros no es bueno para McLaren, en Honda no queremos].

Y de regalo, otra frasecita de la misma entrevista que daría para preguntarnos a qué coño había estado jugando la prensa: «Sencillamente no tuvimos el tiempo suficiente. Comenzamos más tarde en comparación con Mercedes y Ferrari. Se rumorea que Mercedes empezó el desarrollo cuatro años antes del inicio de la temporada. Espero que no nos pasemos otros cuatro años, pero necesitamos un poco más de tiempo para ponernos al día.»

Os leo.

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