viernes, 12 de octubre de 2018

¡Money! [#McHonda 04.2]


La ilusión propia del primer año de proyecto iba a servir para canalizar todas las energías, aunque Dennis había dejado la puerta abierta para que se torcieran las cosas.

La apuesta en 2015 era muy elevada: luchar con dos coches contra un reglamento bastante esquizofrénico y restrictivo, y contra todos los rivales juramentados a parar los pies a Honda, escenario al que se sumaba una prensa especialista que seguía mirando McLaren con lupa aunque con el ojo equivocado [¡Size Zero! (#McHonda 04.1)].

El tema de la Talla Cero (Size Zero) ayudaba a salvar el culo de los medios ante la cantidad de chorradas que habían vertido sobre la supuestamente abusiva (e injusta) ventaja que disfrutaba el fabricante japonés en su estreno, pero como tampoco tenía demasiado recorrido porque la unidad de potencia del sol naciente seguía dando quebraderos de cabeza mientras buscaba la necesaria fiabilidad, con inusitada celeridad surgió el asunto del parné.

Aquí hay que reconocer que los plumillas ingleses estaban dando en el clavo, y bien que daban, seguramente porque disponían de algún tipo de información privilegiada. Sea como fuere, Ron estaba tan seguro del éxito de su aventura que no cedía ni tanto así en rebajar el precio del centímetro cuadrado de carrocería, y entre que los resultados de 2012 a 2014 no habían sido la bomba y los ingresos habían bajado y los patrocinadores no llegaban, la situación de Woking estaba pendiente de un hilo. Se podía continuar así, de hecho se hizo, pero no era el escenario ideal para una escudería que pretendía optar al Campeonato del Mundo.

Dennis jugaba fortísimo, cosa que hay que reconocerle y agradecerle porque estos matices son los que convierten la Fórmula 1 en un lugar apasionante, pero como decíamos al inicio, había dejado la puerta abierta para que se torcieran las cosas porque su nivel de exposición era alarmantemente alto.

¿Recordáis cuando el patrón se hace con las riendas del equipo a finales de 2013? Pues bien, lo consiguió aprovechando que su socio Mansour Ojjeh estaba convaleciente de un difícil operación de trasplante doble de pulmón, y claro, el árabe no iba a olvidar ni mucho menos a perdonar tamaña felonía, de forma que para finales de 2015 McLaren se ve envuelta en una crisis de esas que a los british les gusta llamar «italianas» cuando afectan a Ferrari.

Los pobres resultados, la larga espera de los mismos, la incertidumbre ante el futuro, la ausencia de patrocinadores, etcétera, habían dilapidado el crédito de Ron Dennis en Woking hasta el punto de que su puesto está en el alero. ¿Y qué hace Ron? Pues responde a las dudas intentado controlar el grueso de las acciones gracias al apoyo de un grupo de inversión chino del que más tarde sabremos que ya tiene entre sus socios al británico. Aquello sienta fatal a Ojjeh y el grupo Mumtalakat, quienes plantan cara a Dennis y le dan un ultimatum que vencerá al año siguiente.

Nuestro protagonista ha parado el golpe y ha ganado tiempo, pero lejos de reaccionar abriendo la mano para que Honda haga progresos más rápido —Sakura ha comprado terrenos en Milton Keynes para dar salida a una planta de I+D enfocada a la Fórmula 1—, sigue empeñado en que la japonesa trabaje exclusivamente para McLaren. 2015 ha sido un año difícil, 2016 promete, pero las cosas ya se han torcido.

Os leo.

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