Está la cosa tan necesitada de cariño que dan ganas de ir repartiendo abrazos y besos entre los «amigos» por ver si así se les quita la tontería de encima.
Y es que si no teníamos suficiente con la moñada de que a Alonso no le hace falta jugarse la vida y competir porque ya tiene el Supercampeonato WEC en el bolsillo, ya empieza a escucharse a los que cuestionan la validez de La Triple Corona.
Lo cierto es que ésta ya nos la sabíamos. 20 de mayo: «La bendita hazaña valdrá tanto como esas coronitas de cartón fino que regalan a los críos en el Burger King. Además, Graham Hill no llegaba ni a la suela de los zapatos a Jim Clark, ¡ejem, ejem...!» [El padre inquisidor]. Y sí, además de cansinos son infinitamente previsibles. Basta darles cuerda para que den el coñazo hora tras hora, y a veces ni eso, en un claro episodio para Cuarto Milenio, se ponen en funcionamiento solos a las tantas de la madrugada.
No entiendo qué les pasa ni me apetece indagarlo —en el interior de su cabeza, me refiero—. Lo intuyo, eso sí, lo que no quita nada a que prefiera dejar de lado todo aquello que no sea disfrutar del menú que tenemos para estos próximos días.
Segundo asalto a La Triple Corona —el primero resultó fallido, en Indianápolis 2017—, y en un equipo que tiene todo de cara para ayudar al asturiano en su empeño. El Ligier de United Autosports supuso un error en la Rolex 24 at Daytona a decir de los entendidos. El equipo Andretti de Indy tampoco era la mejor opción según los obispos. Pues bien, Toyota parece que sí lo es: ¡bingo!
Y aunque ya sea casualidad que La Triple Corona parezca un premio de consolación precisamente ahora, o el último recurso para un piloto como él, acabado, claro, creo que si la cosa era tan fácil como dicen, alguien no ha andado lo suficiente rápido o listo, y eso, como con lo de Toyota al decidir quedarse en el WEC, no es responsabilidad suya. Hamilton o Vettel podrían hacerlo... pues bien, que lo intenten y así salimos de dudas.
Os leo.
Segundo asalto a La Triple Corona —el primero resultó fallido, en Indianápolis 2017—, y en un equipo que tiene todo de cara para ayudar al asturiano en su empeño. El Ligier de United Autosports supuso un error en la Rolex 24 at Daytona a decir de los entendidos. El equipo Andretti de Indy tampoco era la mejor opción según los obispos. Pues bien, Toyota parece que sí lo es: ¡bingo!
Y aunque ya sea casualidad que La Triple Corona parezca un premio de consolación precisamente ahora, o el último recurso para un piloto como él, acabado, claro, creo que si la cosa era tan fácil como dicen, alguien no ha andado lo suficiente rápido o listo, y eso, como con lo de Toyota al decidir quedarse en el WEC, no es responsabilidad suya. Hamilton o Vettel podrían hacerlo... pues bien, que lo intenten y así salimos de dudas.
Os leo.
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