No parece una gran noticia que el Muro de los Campeones haya dejado de ser una trampa para osos con la sustitución de la tradicional barrera de neumáticos por una más segura hilera compuesta por módulos Tech Pro, pero la competición, aunque pierda emoción, sin duda va a resultar más fácil desde ahora para los pilotos, algo que siempre es de agradecer porque aunque hayamos perdido la perspectiva, todos ellos continúan jugándose la vida cada vez que se ponen al volante de sus respectivos monoplazas.
The Wall of Champions se llama así desde que en la edición de 1999 del Gran Premio de Canadá, Michael Schumacher, Damon Hill y Jacques Villeneuve —flamantes campeones mundiales de 1994 y 95, 1996 y 1997—, decidieron perder sus oportunidades allí.
Era un lugar difícil y está por ver que no lo siga siendo.
Después de la recta del Casino, donde se alcanzan las velocidades más altas del circuito Gilles Villeneuve, sólo cabe llegar rápido a la recta de meta atravesando como rayos un par de curvas a cuya terminación aparece el bendito muro. Había que afinar mucho allí. También había que medir con calibre la separación entre las gomas del coche y la lona que tapaba los neumáticos que servían de protección. Si había suerte la cosa no iba a mayores después de haber dejado la correspondiente firma de caucho. Si no la había, literalmente te podías despedir...
Y bien, el Tech Pro ofrece una superficie más homogénea que, además, absorbe mejor los impactos. En principio nada parece haber cambiado.
El muro sigue estando donde siempre. Ahora dicen que es inteligente, pero nosotros, que nos lo sabemos, entendemos que va a haber más facilidad a la hora de apurar la trazada. Es decir, que el Muro de los Campeones se ha adaptado a los nuevos tiempos, como han hecho los coches, los propios pilotos y, sin duda, el espectáculo. Bastará exclamar ¡uy! como otras veces, pero no sé si nos proporcionará exactamente el mismo subidón de adrenalina que antaño.
Os leo.
El muro sigue estando donde siempre. Ahora dicen que es inteligente, pero nosotros, que nos lo sabemos, entendemos que va a haber más facilidad a la hora de apurar la trazada. Es decir, que el Muro de los Campeones se ha adaptado a los nuevos tiempos, como han hecho los coches, los propios pilotos y, sin duda, el espectáculo. Bastará exclamar ¡uy! como otras veces, pero no sé si nos proporcionará exactamente el mismo subidón de adrenalina que antaño.
Os leo.
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