Fernando ha cogido el volante de su coche hace más o menos una media hora. Sébastien Buemi había firmado para entonces un perfecto primer relevo, lo que en las 24 Horas de Le Mans significa precisamente eso: un muy buen primer relevo, sin indicencias, poniendo distancia con su inmediato rival, su compañero de escuadra: el Toyota dorsal número 7, con Pechito ahora a los mandos, para que el cambio de piloto no resulte en exceso gravoso.
Degraciadamente queda mucha carrera por delante, tanta que los GTE-Pro están protagonizando las mejores peleas en pista, como si la cosa ni fuese con ellos aunque a la hora de la verdad está complicando los adelantamientos de las fortalezas volantes. Por otro lado, Lotterer ha sacrificado las opciones de Rebellion en los primeros compases, lo que sin duda ayudará a magnificar el poderío de los TS050, si no fuese porque lo del alemán y su vehículo tampoco significa gran cosa a estas alturas de la prueba.
Dan ganas de gritar ¡es Le Mans, coño. Es Le Mans!, pero como no anda el horno para bollos, mejor lo dejamos en que quedan 21 horas y todavía está todo por definir, en todas las categorías, desde luego.
También queda por ver si la victoria de Fernando Alonso resulta tan fácil y cómoda como se lleva prometiendo de unos meses a esta parte. Al ritmo que va el asunto, lo lógico es que todo se dirima en las últimas horas de la carrera. Toyota va bien, pero repito: no significa nada. Los de Jackie Chan van mal, pero tampoco significa nada. Los Rebellion han perdido opciones, pero es muy temprano para afirmarlo. Los M8 de BMW están sorprendiendo, pero bueno, queda mucha prueba por delante...
Lo único que tenemos claro es que está resultando una carrera limpia en la que Sébastien ha cumplido con lo que se esperaba de él, y que Fernando ya va montado en el coche, en ese su coche que reconocen incluso los gacetilleros británicos en sus titulares, con lo mal que sonaba esto cuando lo proponían las cabeceras españolas.
Quedan 21 horas aún, no lo olvidemos. Por delante el atardecer y la noche, la parte siempre más dura y exigente en este tipo de competiciones. Y empezarán a asomar las orejas el cansancio y los errores... Seguid cruzando los dedos, todavía no hay nada hecho.
Os leo.
Quedan 21 horas aún, no lo olvidemos. Por delante el atardecer y la noche, la parte siempre más dura y exigente en este tipo de competiciones. Y empezarán a asomar las orejas el cansancio y los errores... Seguid cruzando los dedos, todavía no hay nada hecho.
Os leo.
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