Todavía hay quien piensa que con Bernie las cosas iban bien, desde luego mejor que ahora, aunque basta tirar de hemeroteca para comprobar que no era así, ni siquiera cuando Liberty Media todavía ni sonaba como opositora a dueña del cotarro. A finales de julio de 2014 escribía en mi espacio de Diariomotor un artículo que se titulaba «Ecclestone cuenta con Flavio Briatore para tratar de mejorar el espectáculo.» No eran cosas mías ni la visión alonsista del mundo. Tenéis internet y en ella un caudal inagotable de noticias referentes a ese preciso instante. Briatore sonaba para encabezar un grupo que supuestamente tenía la intención de quitar importancia a los ingenieros para devolvérsela a los pilotos...
A pesar de que la Fórmula 1 parece globalmente un negocio de momento sostenible, las alarmas han comenzado a sonar a poco de haberse iniciado una temporada que no ha cumplido ninguna de las expectativas depositadas en el estreno de nuevo reglamento técnico. El ruido de las modernas unidades de potencia no ha satisfecho a practicamente nadie, y la limitación de consumo se ha convertido en la principal diana de los detractores de un espectáculo que apenas dista poco del que ofrece en velocidad la GP2, por ejemplo.
Tampoco ha ayudado la apuesta de la firma italiana Pirelli por unos compuestos indiscutiblemente conservadores ni por supuesto, el dominio casi absoluto de una escudería frente al resto de sus rivales... Las audiencias caen en picado en santuarios del automovilismo deportivo como Alemania o Gran Bretaña, flaquean terriblemente en España, Francia e Italia, y la afluencia de público a los circuitos se ha visto seriamente mermada hasta el punto de que todas las partes implicadas en la Fórmula 1 han comenzado a ver las orejas al lobo de una más que anunciada debacle.
En este orden de cosas, Luca Cordero di Montezemolo (Ferrari), junto a Dietrich Mateschitz (Red Bull) uno de los personajes prominentes del paddock más crítico con el actual estado de cosas, proponía a mediados del mes pasado a Bernie Ecclestone y Donald McKenzie, presidente de CVC Capital Partners, fondo titular de los derechos comerciales de la Fórmula 1, una serie de medidas encaminadas a corregir el rumbo: «No se trata de un ultimátum ni una amenaza, sino de una propuesta para convocar a todos los implicados en la competición a sentarse para intentar sacar adelante nuevas ideas que garanticen que la F1 siga siendo una referencia en el ámbito deportivo, como lo son eventos de índole global como los Juegos Olímpicos o el Mundial de fútbol.»
Con este complejo marco como telón de fondo, en el que interaccionan el negocio y el deporte, los pésimos resultados comerciales cosechados en el pasado Gran Premio de Alemania han colmado el vaso de la paciencia de los responsables y han hecho reaccionar a Bernie Ecclestone, quien ha propuesto crear un grupo de trabajo encaminado a valorar la situación y a aportar ideas para corregirla, en el que estarían presentes el propio patrón de la Fórmula 1, los jefes de las principales escuderías y como plato fuerte: Flavio Briatore, quien se postula en esta entente como el elemento que podría aportar algo de renovación a una competición demasiado enfocada a destacar la labor de los departamentos de ingeniería, olvidando la importancia que ha tenido siempre la figura del piloto en la Fórmula 1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario