domingo, 10 de junio de 2018

Ericsson a la baja


Mientras seguimos entretenidos con el tema de si Brendon Hartley sale o se queda de Toro Rosso, Ferrari y Mercedes AMG continúan tomando posiciones de cara a lo que será la Fórmula 1 de 2021. 

La negociación con Liberty Media se prometía dura, y entre amenazas y tiras y aflojas, a la norteamericana se le están poniendo las cosas más crudas de lo necesario en cuanto a sus aspiraciones de hacer un deporte menos selecto, que facilite que el espectáculo resulte más atractivo —Dios quiera que sea así.

La desaparición del Grupo de Estrategia parece que será un hecho en un futuro no demasiado lejano, y puesto que los equipos grandes van a perder poder, están respondiendo ganando cuota de participación en la parrilla. Que a ver, no es que me parezca malo en sentido estricto, es que me parece una putada para todos porque al paso que va el asunto, la de las tres puntas y Maranello van a hacer la baraja, poner al crupier y repartir las cartas. Vamos que la banca siempre va a ganar y como deporte no sé si este esquema tan sesgadito tiene mucho sentido.

Pero a lo que vamos. Mercedes ya ha puesto sus ojos en Force India y no pierde de foco a Williams con el apoyo incondicional de don Lawrence Stroll, padre de la fiera. Y don Sergio Marchionne, presidente de FCA (Fiat Chrysler Automobiles), está moviendo ficha para convertir a Sauber en la filial de La Scuderia, con Haas como bala en la recámara.

Sí, habéis leído bien: seis equipos de diez tienen visos de pertenecer a tan sólo dos estructuras, que serían ocho y tres respectivamente, si sumamos la entente austriaca que controla Milton Keynes y Faenza. Un chollazo en el que no habrá cabida ni para las conspiraciones ni para las sensaciones extrañas, ¡ya os digo!

Y bien, veníamos diciendo que FCA podría estar haciéndose con Sauber mediante una sociedad interpuesta que en el momento de escribir estas líneas ya ocupa la posición de Longbow Finance en la suiza. 

Las desavenencias de Monisha Kaltenborn con los planteamientos de Longbow (filial de la sueca Tetra Laval International) supusieron su salida del equipo. El resto vino prácticamente hecho. Entraba Frédéric Vasseur en su sustitución, Sauber se quitaba de encima a Honda y llegaba Alfa Romeo como socio y patrocinador mientras que las unidades de potencia las seguía suministrando Ferrari. Y ahora que Simone Resta ya ha desembarcado en Hinwil aparece Islero Investments, una empresa de inversión ligada a FCA que fue creada a finales del año pasado, que como decíamos antes, ocupa en la actualidad la posición que tenía hasta finales del mes pasado Longbow Finance [Staat Alfa Romeo op het punt om Sauber over te nemen?].

¿Y qué pinta el bueno de Marcus en todo esto? Es sencillo: el sueco venía siendo el protegido de Tetra Laval y por ende de Longbow, y puesto que las cosas han cambiado en el consejo de administración de Sauber, es más que posible que sus horas sobre un C37 estén contadas.

Os leo.

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