Si queréis mi opinión, que ya advierto que no os servirá de nada, Kimi ejecutó bastante bien las órdenes recibidas en Qatar para que dejara pasar a Lando. Todo pareció un accidente, al estilo de las películas sobre mafiosos, lo que abrió un debate en el que lo de menos era la verdad.
El caso es que hay antecedentes, y Toto es el menos indicado para cuestionar las dudas esbozadas en público por Herr Doktor Marko...
Corría 2018. Se disputaba el Gran Premio de Mónaco. Wolff se colaba en las comunicaciones de Force India y pedía a Otmar Szafnauer que solicitara a Esteban Ocon que no opusiera resistencia ante un Lewis Hamilton que venía como un tiro, y, obviamente, el francés obedeció como un corderito, también porque era pupilo del austriaco a través de Gwen Lagrue y al jefe nunca se le da una negativa por respuesta [Wolff confirma que hubo órdenes de equipo con Ocon en Mónaco].
Dos puntos en litigio, una oportunidad para dejar a Norris con la suficiente desventaja como para que todo lo que haga Verstappen en Abu Dhabi se convierta en agua de borrajas. Un sucinto aviso por radio: ¡Que no se note!, y Antonelli ejecutando al cabo la orden como Nuréyev bailaba El Lago de los Cisnes.
Os leo.

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