viernes, 26 de abril de 2019

I'm Legend... Oh, wait!


Que todo un pentacampeón del mundo insista en reescribir su historia en la máxima disciplina del automovilismo deportivo, nos da la medida de lo satisfecho que está con lo logrado...

Me han dado ganas de recordar a Mariano Rajoy, ahora que terminamos el primer asalto de esta campaña electoral a dos vueltas, y haber titulado esta entrada «Ese 2007 del que usted me habla», pero he declinado hacerlo porque los lectores de Nürbu del otro lado del charco seguramente no habrían pillado el guiño. Y es que nuestro protagonista, a la hora de resaltar sus indudables cualidades, no menciona la épica subyacente en la hazaña de ganarle a todo un Felipe Massa el título 2008 por un miserable punto y mediante carambola en los últimos metros de Interlagos. Tampoco alude a cómo se sintió cuando Jenson le dio varilla en 2011, ni mucho menos a cómo fue posible que Nico Rosberg lo clavara con chincheta en el corcho de las mariposas en 2016. No, necesita a Fernando Alonso porque ve que como oponente de Sebastian Vettel tampoco va a ninguna parte...

Es obvio que no señala las innumerables batallas heróicas que ha mantenido con el de Heppenheim porque lisa y llanamente no existen. Y claro, a falta de algo que le ayude a sustantivarse como velocirraptor y por mor de contradecir con la boca pequeña a Jackie Stewart «Or as good as Fernando Alonso, Alain Prost, Jim Clark, Ayrton Senna, Schumacher or Jackie Stewart were? Who knows? You can’t really judge that» [Lewis Hamilton’s dominance with Mercedes branded «lucky»]—, recurre a lo único que le queda: un 2007 en el que él también fue novato que se enfrentaba a león, y de ahí, del tirón, que se dice, pretende que pillemos que el Hamilton de entonces se parece al Leclerc de ahora.

Tampoco acierta con esto. El de Montecarlo, si destaca por algo además de por sus enormes virtudes en pista, es por su madurez, y aquí tiene algo que decir Ron Dennis, quien vivió aquello del 07 y en 2015 vino a decirnos que Lewis era un chaval inmaduro, y que si había que encalomarle la responsabilidad de lo sucedido entonces a alguien, ése era el de Tewin: «But to go back to that period, you look at the chemistry. We had Lewis, a young guy who was understandably perceived by many people as the chosen one, but also someone who had immaturity. If you go down the "who struck the first blow" route, actually I would say Lewis had his role to play in starting this process which escalated» [Dennis points finger at Hamilton for 2007 issues].

Vamos, que Hamilton ni se parece a Leclerc ni tiene oponente que lo libre del sambenito de que gana los campeonatos sin despeinarse por incomparecencia de los rivales, ni se puede quitar de encima el escapulario que le puso Tony Kanaan cuando dijo que «hubo un piloto que el año pasado compitió en un Mundial de dos coches y quedó segundo, así que no creo que pueda decir mucho», ni apostillar a Jackie Stewart, ni mucho menos, olvidar que intente lo que intente, el cabrón de Alonso habrá pasado antes por allí y eso lo convierte a él en el segundo que lo intentará.

El rosario de escollos que tiene encima Lewis le obliga a huir hacia adelante. No quiere hablar de 2007 porque eso inevitablemente puede llevarnos a reflexionar sobre cómo fue posible que con el equipo, la prensa, Bernie y la FIA a favor, sólo consiguiera puntuar lo mismo que su enemigo el asturiano, pero a la vez, tiene la obligación de revivirlo porque, esencialmente, es la única etapa de su carrera profesional que lo convierte en racer.

Lo he dicho hasta matarme: esta década se llama Lewis vs. Fernando y así se recordará. Y Hamilton reclama esto mismo recalando ad nauseam en un 2007 que, como diría don Mariano, es eso de lo que usted me habla, una patata caliente que, en el fondo, es de lo último que le apetece hablar...

Hombre pequeño, hombre grande. Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En estos años como espectador formulero aprendí que lo interesante, y el secreto de todo esto, es observar qué hacen los pilotos con el material que se les proporciona. No hay más. El resto es dinero, ingeniería, derechos de imagen... Poco más se puede esperar.