A estas horas hay quien sigue pensando que con un W10 debajo del culo ¡hasta un Bottas puede vencer!, olvidando que el vigente Campeón del Mundo, pentacampeón para más señas, lleva un vehículo similar y tiene en el punto de mira conseguir su sexto entorchado...
Ocurrió con Nico Rosberg en 2016. Entonces, montado en un W07 ¡incluso Britney podía ganar!, que lo hizo finalmente, aunque deshecho por el esfuerzo, mentalmente al límite de su resistencia y con lágrimas en los ojos en Abu Dhabi, con un Lewis, desquiciado en el box colindante, que se había pasado más de media sesión viendo fantasmas por todos lados, que había perdido los estribos en España, que se sentía perseguido y maltratado dentro de su equipo, que clamaba por los mecánicos de su compañero...
Las historias de Rosberg y Bottas tienen tantos paralelismos que resulta complicado entender cómo a estas alturas todo sigue siendo coche, cuando lo que puede estar sucediendo es que Valtteri ha podido tomar la medida al de Tewin y se dispone a amargar la fiesta al británico.
Como sucedía hace tres años, aunque con diferentes números, Ferrari no supone ahora una amenaza y esta circunstancia plantea que para mantener vivo el show se haga necesario que los dos hombres que hoy por hoy gozan de la mejor herramienta, se las puedan tener tiesas en pista.
Maranello y su estúpida renuncia a defender el territorio e inquietar a su máximo rival, ha sentado las bases que están sirviendo como guión en 2019. Vettel sigue más perdido que un pulpo en un garaje y Leclerc da la sensación de que se está sacrificando por nada. Intuyo que Toto ha recogido el guante y, siendo consciente de lo que requieren el negocio y el espectáculo, ha liberado a sus dos hombres porque es mejor vencer cuando existe algo de épica sobre el asfalto que esperando pacientemente a que La Scuderia se siga despeñando.
Es evidente que el W10 es un gran coche, pero eso no debería impedirnos ver que en el habitáculo del número 77 conduce un tipo que quiere batir a un pentacampeón del mundo, ni mucho menos, que ayer, en Bakú, Valtteri se fajó de lo lindo con Lewis en la primera vuelta, que éste no se lo puso fácil, que así y todo el finlandés salió airoso y después, sólo después, se limitó a gestionar su ventaja sobre un cacharro increíble al que perseguía otro monoplaza igual con un tal Hamilton al volante.
Os leo.
Es evidente que el W10 es un gran coche, pero eso no debería impedirnos ver que en el habitáculo del número 77 conduce un tipo que quiere batir a un pentacampeón del mundo, ni mucho menos, que ayer, en Bakú, Valtteri se fajó de lo lindo con Lewis en la primera vuelta, que éste no se lo puso fácil, que así y todo el finlandés salió airoso y después, sólo después, se limitó a gestionar su ventaja sobre un cacharro increíble al que perseguía otro monoplaza igual con un tal Hamilton al volante.
Os leo.
2 comentarios:
Saludos, José.
Le iba a preguntar sobre esto que ha tratado aquí y, mire usted, he encontrado la respuesta.
Yo vi que Charles podía llegar incluso a ganar si hubiera cambiado gomas antes y no le hubieran ordenado parar a los Mercedes (que por cierto, los dejó pasar).
No sé si no se da cuenta de lo que le están haciendo o es que le han prometido galones para el año que viene...
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