Vamos a por la cuarta carrera del calendario 2019 y a pesar de que Daniil aguó la fiesta a los papayos en Shanghai, por aquello de ir cerrando brecha mientras gano tiempo para otras cosas, comparto con ustedes esta mañana de viernes, un texto que escribí para MotorPoint cuando el Gran Premio de China todavía no se había celebrado. Disfrútenlo, háganme el favor...
Después de la controversia llega la calma, o eso dicen. El caso es que el proyecto errático que no daba pie con bolo según el parecer de buena parte de la prensa especialista inglesa y alemana, y por supuesto española, ha empezado 2019 rompiendo el guión.
Después de la controversia llega la calma, o eso dicen. El caso es que el proyecto errático que no daba pie con bolo según el parecer de buena parte de la prensa especialista inglesa y alemana, y por supuesto española, ha empezado 2019 rompiendo el guión.
No se trata sólo de que Fernando Alonso haya sancionado que el MCL34 tiene un comportamiento mucho mejor que el mostrado por el MCL33 de 2018, o que el propio Adrian Newey (Red Bull) haya dicho de él: «McLaren tiene un buen coche, pero es improbable que ganen»; se trata, más bien, de las sensaciones ofrecidas por la plataforma británica tanto en Australia como en Bahrein.
Desde luego, el piloto asturiano sabe perfectamente de qué habla. Lidió con el monoplaza del año pasado hasta que, descubiertas sus carencias, se desestimó su evolución por falta de tiempo y, fundamentalmente, con la intención de destinar recursos y horas de trabajo al MCL34 de 2019, en aras de prepararlo adecuadamente para esta campaña. Además, el de Oviedo ha rodado recientemente con nuevo vehículo, en el circuito de Sakhir, y de suyo, ha podido compararlo con su antecesor…
Y qué decir de Adrian Newey. Hoy por hoy es considerado el mejor ingeniero de la parrilla y, sin duda, su ojo resulta clínico para estas cosas y sus opiniones siempre tienen que ser tenidas en cuenta. En fin, más allá de estas anécdotas que contextualizan el arranque del MCL34 en la temporada actual, hablábamos al inicio de este texto de las sensaciones ofrecidas por el coche de Woking en Australia y Bahrein, y a ellas me voy a remitir a pesar de la desigual fortuna que han tenido en ellas los dos pilotos oficiales de McLaren.
En sentido estricto, la participación del madrileño en Albert Park no nos dice absolutamente nada, pero la de su compañero Lando Norris sí, ya que el de Bristol metía su monoplaza en Q3 (8ª posición) y conseguía terminar la prueba en la duodécima plaza. En el Gran Premio de Bahrein la situación fue más halagüeña y nos dejaba pistas más sabrosas. Ambos vehículos entraban holgadamente en la fase Q3 de la clasificación, y durante la carrera todo iba a las mil maravillas hasta que en un forzado lance de carrera, Max Verstappen acababa con las aspiraciones del español. En todo caso, Norris, salvaba las expectativas de la escudería de Zak Brown y concluía sexto, inmediatamente detrás de Sebastian Vettel (Ferrari) y por delante de Kimi Raikkonen (Alfa Romeo).
Lógicamente hay que coger todo esto con pinzas y mucha cautela. La campaña pasada, sin ir más lejos, tanto Fernando Alonso como Stoffel Vandoorne empezaron bastante bien con el MCL33 aunque la fiesta terminó aguándose después del Gran Premio de España 2018. Pero aquí mismo radica el matiz, ya que la gran diferencia entre el monoplaza anterior y el MCL34 estriba en que éste es menos radical y, por tanto, goza de muchísimo más margen de mejora y evolución tanto en el plano aerodinámico como en lo referente a la unidad de potencia Renault que lo propulsa.
Viry-Châtillon (Renault) goza de la estabilidad necesaria lejos de la sombra de Red Bull, aunque los resultados no están acompañando a su escuadra oficial, entre otras cosas, porque en Woking ya han aprendido la lección de no arriesgar demasiado hasta no tener la fiabilidad totalmente asegurada.
Sea como fuere, y por terminar, decir que el MCL34 está preparado para luchar en la zona media de la parrilla y que, por fortuna, el margen del que hablábamos antes augura que el sueño puede prolongarse más allá del verano sin demasiados esfuerzos.
Os leo.
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