Llegamos al final de este bonito viaje porque lo que quedaba a partir del Gran Premio de Hungría de 2022 iba a suponer un más de lo mismo: Ferrari pegándose tiros en el pie, asesinando vilmente a Charles Leclerc en pista, porque para qué iba a dejar que el monegasco aprovechara las posibilidades de uno de los mejores monoplazas rossi de los últimos tiempos, pudiendo someterlo a unas estrategias cuya lógica sigue sin comprender nadie...
No, quitároslo de la cabeza, a puntito de concluir julio del 22 nadie hablaba de dominios aburridos de Red Bull, más bien, en los corrillos se insistía una y otra vez en la lamentable gestión deportiva de La Scuderia.
Y sí, en el sótano de aquel fracaso había una planta más, que diría Antonio Recio, y quizás la carrera en el Hungaroring sea esa prueba que conviene enmarcar para que todo el personal de Maranello la vea y no se repita jamás.
En la ratonera magiar, donde la clasificación pesa mucho pues resulta complicado adelantar, y donde se tientan los mejores estrategas de la Fórmula 1 actual, Ferrari fue capaz de arruinar el 2-3 obtenido el sábado para llevar a Carlos a concluir cuarto y a Charles sexto el domingo, inmediatamente detrás de un Sergio Pérez que supo remontar desde la undécima posición.
Ganó Max Verstappen —obvio, ¿no?—, porque lo lógico es vencer cuando tus rivales sólo saben jugar a quién firma el mayor ridículo...
Os leo.
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