sábado, 27 de enero de 2024

Good job [Aston Martin]


Acertábamos de pleno en nuestras estimaciones de febrero pasado con del cacharrillo de Silverstone [El de Fernando (Aston Martin)], y, finalmente, la de don Lorenzo enjugaba el triste desempeño de 2022 —séptima posición en la tabla de Constructores con 55 puntos acumulados— logrando situarse quinta en el Mundial de 2023 con un saldo de 280 puntos, muy por delante de Alpine e inmediatamente a cola de McLaren.

También es verdad que tras la prometedora pretemporada y el comienzo de campaña en modo totalmente enchufado, la cosa desbarró entre los gurús incluso animándoles a proponer que Mercedes-Benz pensó seriamente (sic) dejar de tutelar a Mercedes AMG para centrarse en la verde. Por suerte para todos, un decir, la sangre no llegó al río y para mitad de campaña el AMR23 fue situándose sin ayuda en su lugar natural: cabeza de la montonera.

Decíamos hace casi doce meses que el vehículo no era puntero sino medianero, y la lógica implacable que reina en la Fórmula 1 acabó haciendo de las suyas. El asunto animaba a tirar cohetes mientras Maranello y Brackley hacían mutis por el foro en su supuesta rivalidad con Red Bull, pero conforme fueron soltándose Aston Martin comenzó a acusar el golpe, porque, en realidad, nunca había sido ni la segunda ni la tercera escuadra del campeonato, como se había venido vendiendo.

La asunción de algunos riesgos innecesarios en cuanto a evolución —demasiado cercana a los parámetros en los que trabajaba Milton Keynes— y el bendito cambio de neumáticos a partir del Gran Premio de Gran Bretaña, originaron que McLaren recuperara terreno y nuestra protagonista sacrificara demasiada chance; en todo caso, que es lo que nos ocupa, el final del verano y el comienzo del otoño se definió por la dura pelea que mantuvieron Woking y Silverstone por el cuarto puesto. 

Bien, ganó la partida la de Zak Brown, pero no hay nada que reprochar a Aston Martin por cuanto la comprensión de la nueva Normativa ha alcanzado rangos más que aceptables, como atestigua el salto dado de 2022 a 2023, y, básicamente, porque de cara a 2024 hay base y también proyecto.

Os leo.

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