domingo, 23 de febrero de 2020

Batucada


Debí tener un mal día cuando en octubre pasado escribí sobre el posible estiramiento de los planteamientos usados durante 2019 a la hora de cumplir en una temporada como ésta, que cierra ciclo normativo y se asoma a los vértigos del reglamento 2021 [Los coches de 2020], y mientras hago tiempo para ver las 6 Horas del COTA, me apetece cubrir el ratito reconociendo que me he quedado con un palmo de narices porque al menos tres vehículos han roto mis previsiones.

Williams ha echado el resto en el FW43, por ejemplo. Lo tenía súmamente sencillo para superar al FW42, para qué vamos a engañarnos, pero el empeño de Grove es reseñable por imprevisto y porque puede significar un cambio de tendencia que fructifique a partir del año que viene. 

Renault se ha lanzado a la piscina haciendo el ángel en el RS20. Sus razones (intuyo) han respondido a la más pura necesidad de supervivencia porque no se podía permitir más lujos e indolencia después de haber roto amarras con Red Bull. La francesa se queda sin cliente en 2021 —McLaren usará entonces unidades de potencia Mercedes-Benz—, pero está visto que Enstone tratará de demostrar su potencial este año con la intención segura de cubrir el hueco dejado por la de Woking...

Y Mercedes AMG. Parecía imposible pero han vuelto a hacerlo y el W11, más que una consecución del W10 supone una auténtica vuelta de tuerca mediante la cual, Brackley se ha metido a explorar el territorio enemigo creado por Newey con la size zero.

En líneas generales me ha gustado todo lo que he visto, excepción hecha del Haas, y si esta semana libero hueco iré desgranando uno por uno todos los monoplazas como acostumbro a hacer desde 2009.

Y eso, que os leo.

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