Robert se ha despeinado un poco, y eso que enseña bastante cartón. Un minuto, dieciséis segundos y novecientas cuarenta y dos milésimas, ha sido el tiempo marcado en Montmeló sobre su Alfa Romeo C39, aunque lo mejor ha venido después, cuando ha recordado que hacer 1'16 con un coche de Hinwil es bastante más sencillo que lograr 1'19 con uno de Grove...
Hemos hablado bastante de Kubica este año pasado y no voy a extenderme demasiado con este asunto. El tullido, el hombre que no debería haberse expuesto a una temporada nefasta en su retorno porque era sabido que no iba a hacer otra cosa que el ridículo, el tipo que consiguió 1 punto en el Gran Premio de Alemania porque aquello fue una lotería cuando las loterías no tienen cabida en nuestro deporte, quien se fue de Williams con el rabo entre las piernas tras la somanta que le metió George Russell...
Ése del que estoy hablando, que ahora milita en Alfa Romeo y pronto empezará la temporada DTM, ese mismo que no hablaba bien inglés y difícilmente se comunicaba con sus ingenieros, sigue teniendo velocidad, que es el don más preciado para cualquier piloto. Fallaba el FW42, pero nuestros especialistas y gurúes prefirieron mirar para otro lado...
Os leo.
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