sábado, 10 de noviembre de 2018

Mejor que se desmiguen...


Lo hemos hablado otras veces, aquí, en Nürbu, y tal vez no sea mala idea recordarlo hoy sábado, después de haber visto ayer cómo quedaba el RS18 de Nico Hulkenberg tras el zambombazo que se pegó con las protecciones en Interlagos.

Sin duda no fue tan fuerte como el accidente de Ericsson en Monza, pero en todo caso, fue lo suficientemente aparatoso como para que las fotos posteriores nos contaran una historia que en realidad no sucedió. Hulk pierde el control de su coche al pisar verde, el monoplaza se va y golpea primero con la parte de atrás para girar en el rebote y sacudir la de delante. A partir de ahí, el Renault queda hecho un guiñapo, desmigado, que decimos por aquí.

Y bueno, el piloto alemán sale del habitáculo por su propio pie y comienza la rueda de preguntas y respuestas en redes sociales porque da la sensación de que los coches actuales son como de papel, que prácticamente lo son pero no en la parte importante, gracias a Dios.

La zona central y longitudinal es la que debe aguantar de todo, el resto puede desmigarse que no pasa nada. Hecha la ley hecha la trampa. La teconología y los materiales han avanzado una barbaridad y permiten en la actualidad que exista una concentración de masas y de pesos en esa línea imaginaria que se traza entre el espigón anti impacto delantero y el trasero, donde se sitúa la luz de lluvia, gracias a que el fondo plano y los alrededores de la célula de seguridad donde se aloja el habitáculo, el depósito y las pilas, y por supuesto la unidad de potencia, son ahora mucho más livianos y delicados que antaño.

Está también el tema de la absorción de los golpes. Si el monoplaza fuese rígido en todas sus partes, la fuerza de un choque se trasladaría inevitablemente hacia el interior del volúmen, que es donde viaja la parte más frágil del vehículo: el ser humano que va dentro, de forma que es mejor que la carrocería y las suspensiones se hagan añicos porque de esta forma la potencia del impacto se reduce bastante para cuando llega al conductor.

Qué queréis que os diga, yo prefiero que los accidentes sean aparatosos pero sin consecuencias para el piloto, porque significa que todo ha funcionado a la perfección.

Os leo.

2 comentarios:

Josemi dijo...

50 años despues del libro de Ralph Nader, hay que seguir explicando el tema de la 2º colision

ivano dijo...

Esto es lo que explico yo a mis clientes cuando se quejan de que se han dado un golpecito y dicen que es todo plástico el coche... ahora los coches en sí ya absorben la mayoría del golpe aunque queden hechos un Picasso y tú sales tan pancho del habitáculo.