«Hubo un debate sobre el doble difusor, obviamente, porque en última
instancia, si el doble difusor era legal o no, no era en realidad una
decisión técnica. Fue por el hecho de que Max Mosley en ese momento quería dar una lección a Ferrari y McLaren. Y
porque ellos [McLaren y Ferrari] no tenían un doble difusor, él dijo que
era legal, ya que él quería que ellos fueran expulsados» [El doble difusor de Mosley, una lección para McLaren y Ferrari].
Es Adrian Newey el que pronunciaba estas palabras recogidas en enero de 2016, y sí, apunta en ellas a que la propia FIA actuó en 2009 contra dos de los equipos de la parrilla, al menos con la connivencia y silencio de Red Bull.
Al hilo de todo esto me pregunto cómo coño se puede seguir echando en cara a alguien que se haya equivocado en sus elecciones o en su comportamiento fuera del coche, salvo que, lógicamente, hayas comprado previamente y sin hacer preguntas el patrioterismo británico y lo hayas hecho tuyo.
Los medios británicos tienen un poder descomunal en nuestro deporte. Llevo sacudiendo ese flanco desde que inicié Nürbu en agosto de 2007, y la última muestra la hemos tenido en el empeño mostrado durante 2017 porque McLaren abandonara definitivamente a Honda y se pasase a Renault, y en cómo se han lavado las manos después.
Bien, Woking sucumbió a lo que parecía razonable entonces y hoy tenemos un montón de culpas a repartir, y una escudería hecha trizas y un fenómeno más quemado que la pipa de un indio que dice adiós con la manita a todo esta mierda, en la que cabe que un presidente de una federación decida si te equivocas o no, o incluso un jefe de negocio que llama caca a su cortijo.
No os voy a ocultar que cada vez tengo más ganas de alcanzar una fecha marcada en rojo en mi calendario. Comprenderéis que no es plan tener que volver a espantar los mismos fantasmas que ya dimos por espantados hace temporadas, cuando el bueno de nuestro coco de casa nos venía con el temita del patrioterismo español en 2009 o 2010, o a finales de 2104, que el hombre todavía tenía su gracia, pero a estas alturas de la película, como que la cantinela suena a rancia de cojones.
Ahora resulta que el mejor piloto de la parrilla para un montón de gente que ni es española ni alonsista, se ha equivocado porque no ha sido dócil. No, no porque no sea bueno o haya intentado superarse en cuanto ha tenido oportunidad, sino porque no se ha bajado los pantalones y ha puesto la vaselina con el establishment.
Como decía el otro día [La buena reputación], Ron Dennis nos señalaba en 2015 que a lo peor nos habían mentido a la puta cara con el rollo de 2007, y Pablo de Villota enmendaba la plana hace escasamente una semana al siempre prestigioso Mark Hughes, pero se ve que sigue dando absolutamente lo mismo...
Entiendo que no haya disposición ni fuerzas para enfrentarse al discurso oficial por muchas mentiras que contenga, pero la historia reciente de Woking es un ejemplo típico de entre todos la mataron y ella sola se murió, que decía mi abuelo. Y en este todos también van los que compran consignas y las vierten porque son rigurosas al venir del sitio correcto, sin reparar en que dejando que se la metan doblada a ellos, los que acabamos pagando el pato somos nosotros.
Prácticamente hace doce meses escribía: «Pero ánimo, mucho ánimo con lo que sea. Por lo que se ve, tenemos delante Pouhon y la vamos a pasar con el pie a tabla. Espero y deseo que nos vaya bien a todos, sobre todo al Nano, aunque como sabéis de sobra, albergo mis recelos sobre si es buena idea pasarse a Renault precisamente ahora» [Pouhon a fondo]... Al menos yo puedo decir que lo he intentado.
Al hilo de todo esto me pregunto cómo coño se puede seguir echando en cara a alguien que se haya equivocado en sus elecciones o en su comportamiento fuera del coche, salvo que, lógicamente, hayas comprado previamente y sin hacer preguntas el patrioterismo británico y lo hayas hecho tuyo.
Los medios británicos tienen un poder descomunal en nuestro deporte. Llevo sacudiendo ese flanco desde que inicié Nürbu en agosto de 2007, y la última muestra la hemos tenido en el empeño mostrado durante 2017 porque McLaren abandonara definitivamente a Honda y se pasase a Renault, y en cómo se han lavado las manos después.
Bien, Woking sucumbió a lo que parecía razonable entonces y hoy tenemos un montón de culpas a repartir, y una escudería hecha trizas y un fenómeno más quemado que la pipa de un indio que dice adiós con la manita a todo esta mierda, en la que cabe que un presidente de una federación decida si te equivocas o no, o incluso un jefe de negocio que llama caca a su cortijo.
No os voy a ocultar que cada vez tengo más ganas de alcanzar una fecha marcada en rojo en mi calendario. Comprenderéis que no es plan tener que volver a espantar los mismos fantasmas que ya dimos por espantados hace temporadas, cuando el bueno de nuestro coco de casa nos venía con el temita del patrioterismo español en 2009 o 2010, o a finales de 2104, que el hombre todavía tenía su gracia, pero a estas alturas de la película, como que la cantinela suena a rancia de cojones.
Ahora resulta que el mejor piloto de la parrilla para un montón de gente que ni es española ni alonsista, se ha equivocado porque no ha sido dócil. No, no porque no sea bueno o haya intentado superarse en cuanto ha tenido oportunidad, sino porque no se ha bajado los pantalones y ha puesto la vaselina con el establishment.
Como decía el otro día [La buena reputación], Ron Dennis nos señalaba en 2015 que a lo peor nos habían mentido a la puta cara con el rollo de 2007, y Pablo de Villota enmendaba la plana hace escasamente una semana al siempre prestigioso Mark Hughes, pero se ve que sigue dando absolutamente lo mismo...
Entiendo que no haya disposición ni fuerzas para enfrentarse al discurso oficial por muchas mentiras que contenga, pero la historia reciente de Woking es un ejemplo típico de entre todos la mataron y ella sola se murió, que decía mi abuelo. Y en este todos también van los que compran consignas y las vierten porque son rigurosas al venir del sitio correcto, sin reparar en que dejando que se la metan doblada a ellos, los que acabamos pagando el pato somos nosotros.
Prácticamente hace doce meses escribía: «Pero ánimo, mucho ánimo con lo que sea. Por lo que se ve, tenemos delante Pouhon y la vamos a pasar con el pie a tabla. Espero y deseo que nos vaya bien a todos, sobre todo al Nano, aunque como sabéis de sobra, albergo mis recelos sobre si es buena idea pasarse a Renault precisamente ahora» [Pouhon a fondo]... Al menos yo puedo decir que lo he intentado.
Y nada, que os leo.
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