domingo, 12 de agosto de 2018

Cuidado con las carteras


Mika Salo no vio a Pedro Picapiedra y Pablo Mármol rodando sobre el rocódromo de Piedradura ni es un Sabio de la Montaña al uso, más bien, es un piloto de competición con una dilatada carrera profesional a sus espaldas que ha tenido a bien participar en una entrevista en Formula1.com [Mika Salo on missing out on that GP victory in Germany], en la que también habla de la actualidad de nuestro deporte y de su futuro inmediato.

Salo conoce a Salo, obviamente, y cuando en redes se saluda a sí mismo con un guiño-guiño-codazo-codazo, le regala un favorito al mensaje para que, al menos, quede constancia ante el respetable de que los dos Salo sí son amigos.

Pero si traigo al de Helsinki a Nürbu esta tarde no es por estas menudencias ni por lo que nos cuenta de su relación con Eddie Irvine (esta parte, aunque no haya trascendido tiene muchísima miga, de verdad), sino porque parece un alonsista furibundo criticando sin miramientos los aspectos más jacarandosos de nuestra actividad: excesiva dependencia por parte del conductor de la radio y por ende de los ingenieros; demasiada tecnología; poca capacidad estratégica por limitaciones en consumo de combustible y gomas, etcétera. En definitiva, poca importancia del piloto...

En líneas generales ve bien el camino que ha tomado Liberty Media aunque esto hay que cogerlo con pinzas, como de costumbre. 

Huímos, y como de momento no sabemos dónde coño acabaremos a partir de 2021, todo lo que suponga tirar p'alante tiende a ser considerado como bueno. En todo caso, su referencia a que hay cosas que siguen siendo iguales que antes merece un aparte: «Now there’s six cars that can fight for a win. But then there’s a big gap. It would be nice to have everybody there. Give everybody the shot of doing well. But it’s been always like that, basically. In the past it’s been McLaren, Williams and Ferrari always there. In the old days if you got fifth or sixth it was a big deal, wasn’t it?»

Y es que si es bien cierto que la brecha entre equipos poderosos y parias de la parrilla siempre ha sido un lastre para el espectáculo, no es menos cierto que de una década a esta parte, la Fórmula 1 se había juramentado como nunca en resolverlo.

La normativa 2009 en sus diferentes versiones, así como la de 2014 y la de 2017, buscaban precisamente mejorar el espectáculo de los cogieron. Pero en vez de eso, han encontrado una preciosa excusa con el «esto es igual que antes», mientras campaban a sus anchas y crecían y crecían, todas esas cosas que ahora erradicaría el bueno de Mika.

Y aquí es donde quería llegar yo, porque la limitación de entrenamientos, de unidades de potencia por temporada, de consumo de kilos de combustible por hora, y unos compuestos que no me cansaré de decirlo: no nos merecemos, no han resuelto la brecha entre grandes y pequeños ni han permitido que afloren las manos y cabeza de los pilotos, como sucedía antaño. Es decir: como modelo ha fracasado, que hay que contarlo todo.

A estas alturas de la película os confieso que me importa una mierda si todo ha consistido en un lampedusiano y miserable Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi.

Me queda poco por aquí, pero no puedo ocultaros que me preocupa que algunos sigan comprando esta imbecilidad supina del «esto es como antes» y continúen perpetuando una verdad coja mientras cuatro mantas siguen robándonos la cartera. Tenemos tetracampeones coronados en una desigualdad surgida de la tecnología, los ingenieros y de cómo se ha convertido a los pilotos en títeres. Cada uno es lo suficientemente mayor como para saber qué grifa consume, pero ¡coño!, ¡no nos volvamos gilipollas del todo!

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los cambios no han sido nunca para beneficiar el espectáculo o que primen las manos del piloto sobre el coche. Desde un primer momento los cambios han ido encaminados a tener controlados a los equipos hasta tal punto de poder decidir ambos campeonatos desde el despacho. Salvo sorpresa por roturas, climatología o patanería del piloto de turno llamado a ser "campeón".

Un abrazote desde Oasis ;)