domingo, 19 de agosto de 2018

La buena reputación


Mal debe andar la cosa en Maranello para que estemos a domingo y nadie se haya dignado a decir nada «oficial» sobre la retirada de un piloto que vistió de rosso durante cinco temporadas y dio al Cavallino tres subcampeonatos que parece no querer recordar nadie.

El caso es que aquí estamos, comprobando de nuevo cómo funciona la maravillosa mentalidad del tonto en Fórmula 1, que en vez de tratar de indagar en los por qué de la situación, se consuela pensado que le da la razón una (nueva) penosa actuación de Ferrari fuera de la pista.

Al menos el asturiano se molestó en dedicarle unas palabras a Marchionne, y a La Scuderia también: «Fue un gran hombre y un gran apoyo siempre. Mis condolencias para su familia, amigos y toda la familia Ferrari» [Alonso describe a Marchionne como «un gran hombre» y «un gran apoyo»]. Pena, lo digo en serio, que la rossa no haya sabido corresponderle.

Y es que aquí radica uno de los principales problemas que tiene el de Oviedo. Está rodeado de cobardones con sotana que se agarran a estas miserias como a clavos ardiendo. 

Así las cosas, desestimamos que el patrón de McLaren en 2007, Ron Dennis, responsabilizase en 2015 a Lewis Hamilton de abrir fuego primero: «Teníamos a Lewis, un chico joven que era comprensiblemente percibido por mucha gente como el elegido, pero también alguien que era inmaduro. Si vamos por la ruta de quién dio el primer golpe, realmente diría que Lewis tuvo un papel que jugar al empezar este proceso que luego se intensificó» [Dennis culpa a Hamilton del inicio de la crisis de McLaren en 2007]. Obviamente resulta mucho más cómodo creer en la teoría del espionaje...

Si Flavio Briatore alaba al español a su paso por Renault también lo desestimamos porque, ¿qué va a decir Flavio si ya tenemos a Symond, que nos cuenta lo que mola? Y si habla Minardi: ¿qué va a decir Giancarlo? Y si en la nueva etapa en McLaren se dice hasta luego a Alonso dándole las gracias, pues ¿qué van a decir Zak y los suyos...? Y lo mismo ocurre con los que le esperan o reciben con los brazos abiertos en la IndyCar o en el WEC... ¿qué van a decir todos ellos?

La gente de Ferrari que agasajó a Fernando en su despedida, desde luego no cuenta. Montezemolo tampoco, a pesar de que explica bien clarito lo que sucedió en 2014 para el programa Porta a Porta de la RAI, ¡coño, él había sido el Presidente de Ferrari hasta hacía un mes! [Luca Cordero di Montezemolo - 15/10/14]. Entonces ¿quién sirve?, ¿a quién creemos?, ¿a las sucesivas zorras que rechazaron por verdes las uvas que no alcanzaban a coger?, ¿a los que mantienen cuentas pendientes con el asturiano?

En realidad no sirve nadie salvo los que manejan esta situación para pescar en río revuelto y van bautizando de «objetivos» a algunos periodistas como Martin Brundle o Mark Hughes, a pesar de que Pablo de Villota nos cuenta lo siguiente:  

«La gota que colmó el vaso de mi paciencia fue una reciente columna del prestigioso periodista británico Mark Hughes en la que apuntaba que, según le había contado un insider de Ferrari, Fernando empezó a crear mal ambiente en el equipo desde que se perdió el título de 2010 en aquella fatídica última carrera de Abu Dabi.»

»Yo estuve allí y fue justo lo contrario. Estábamos todos absolutamente destrozados: patrocinadores —con Don Emilio Botín a la cabeza—, mecánicos, ingenieros, cocineros, accionistas, el presidente Luca Di Montezemolo... Aquella noche en el hospitality de Ferrari viví sin duda una de las situaciones mas duras, deportivamente hablando, que me ha tocado experimentar. Y sólo hubo una persona que en ese ambiente tan desesperadamente triste se levantó y empezó a dar consuelo a todos y cada uno de los que estábamos allí: Fernando» [Breve guía para entender el antialonsismo].

¿Qué va a decir Pablo de Villota si trabajaba para el Santander. No? 

Aunque den ganas, no os riáis. El caso es que todos los que han colaborado o van a colaborar con Fernando afirman por activa o por pasiva que su mala reputación se fundamenta en un montón de patrañas. Todos admiten que el de Oviedo es muy especial, pero acaso no lo eran Senna, Prost, el mismo Lauda, ¿Schumacher?

No me extiendo, que ya he escrito suficiente. Destruir la buena reputación de cualquiera es sumamente fácil, pero también un ejercicio de perfectos hijos de su madre que controlan a los tontos que les rodean como si fuesen un rebaño, aunque esto, con vuestro permiso, lo dejo para ampliar en otro momento.

Os leo.

3 comentarios:

matador dijo...

Qué lástima! No he conseguido abrir el enlace de la RAI y me dice que no está el contenido. Tengo gran curiosidad por saber qué dijo Montezzemolo. En aquellos días era fácil escuchar a los mamporreros de la Rossa cargando contra Alonso, desde Turrini a Forghieri.

Lo he dicho muchas veces, Alonso no ha sabido manejarse entre mamporreros, ni con los British, ni con los italianos, y mucho menos con los "españoles", y lo pongo entre comillas porque ya he manifestado en otros comentarios que el periodismo y motorsport patrio, mal que nos pese, tiene su sede en Cataluña, y a no todos les agrada ver a un tío con una bandera española en el casco, asturiano y del Madrid, que además es capaz de comerse el mundo.

No sé si el influjo de Briatore habrá tenido que ver en la percepción, no sé si García Abad ha sabido llamar a las puertas adecuadas, no sé si el propio Alonso en algún momento no ha sido fácil para tratar por la prensa, pero es obvio que la comunicación de Fernando no ha estado bien gestionada. Al menos no han sabido vender el producto tan excepcional que tenían en sus manos como lo consiguieron vender con Schumi, o más recientemente con los tetracartones.

En cuanto a Ferrari, sí, feo su gesto, pero no inesperado. Quizás alguien piense que alabando al de Oviedo hagan sombra a los que tienen por allí ahora, aunque me temo que la veda está empezando a abrirse y, como este año no ganen el campeonato, los Turrini y compañía empezarán a repartir a Vettel, y no pararán hasta encontrar a un verdadero heredero del Kaiser.

Salu2!

Anónimo dijo...

Es que... Es español. Ese es el problema con él. No es un purasangre British, o un alemán. A quien le vale un schumacher ibérico?

Imagínatelo inglés, y su historia hoy sería otra.

M. C. Camp dijo...

Buenas tardes,

Estoy totalmente de acuerdo contigo y con Villota.

Senna, Prost, Lauda, Schumacher... y cualquier piloto ganador de mundial son de carácter y personalidad fuertes. Pero ninguno de ellos era español. Fernando sí, y esto les jode a los mediocres de los "antis".

Saludos