miércoles, 29 de agosto de 2018

El perro del hortelano


Después de conocer por boca de Max que Red Bull no gozará de posibilidades serias hasta al menos 2020, no entiendo qué ha estado haciendo la escudería austriaca durante 2018 salvo machacar todo cuanto ha estado en su radio de influencia. 

Es evidente que la situación de Toro Rosso queda comprometida hasta esas fechas. Si la italiana ya está haciendo de laboratorio móvil para la casa madre, resulta obvio decir que su concurso seguirá resultando imprescindible durante 2019 y quizás en parte o durante todo 2020. No voy a preguntar sobre la situación de sus pilotos, aunque estoy seguro de que harán muchos kilómetros y acumularán muchas penalizaciones y pare usted de contar, porque competir, lo que se dice competir: naranjas de la china...

También ha estado meridianamente claro qué ha hecho Milton Keynes con Carlos Sáinz. Ha dilatado los tiempos, ha amenazado con que el español era el recambio de Ricciardo, etcétera, etcétera, total para nada (productivo, se entiende), ya que lo único que se ha conseguido es que el madrileño no haya encajado realmente en Renault y salga de Enstone con dirección a Woking, porque al final, es Daniel el que desembarca en La Régie.

En cuanto a Renault, prácticamente tres cuartos de los mismo. Red Bull ha metido palos en las ruedas del fabricante galo, lo ha puesto a parir en público, etcétera, etcétera, etcétera, para quedarse en 2019 con Honda, cosa que el año pasado, además por estas mismas fechas, ya barruntábamos que sucedería.

Ricciardo merece un capítulo aparte. Si Verstappen ha confesado que la cosa va para 2020 es de suyo pensar que también lo imaginan así herr doktor Marko y su secuaz Horner, de forma que podemos coincidir en que no habría pasado absolutamente nada si aussie junior hubiese disfrutado de mejor trato que el que le han dispensado, y el que le van a dar, en la todavía su escudería. Parece bastante bobo malgastar un talento como el del piloto de Perth mientras Max se va haciendo a fuego lento, pero Red Bull lo ha hecho contra todo pronóstico...

No os aburro. Milton Keynes ha estado enfocada estos últimos meses más a hacer de perro del hortelano que a otra cosa. Ni ha comido ni ha dejado comer, en una palabra. 

Vaya por delante que entiendo que a estas cosas también se juega en la Fórmula 1, y mi absoluta admiración por elevar el hijoputismo a categoría de arte, aunque lo que realmente me mata de todo este asunto es que Red Bull tiene voz y voto en el Grupo de Estrategia y mando en plaza a la hora de definir nuestro futuro como deporte. Y no, no sé si es buena idea contar para alumbrarlo con una empresa cuyo principal interés ha sido, al menos este año, el de joder bien jodido a todo cuanto se meneaba a su alrededor.

Os leo.

1 comentario:

pocascanas dijo...

LLegaron al objetivo máximo muy rápido, y ahora les cuesta ser parte de la comparsa.
Este año sufrieron una desbandada, y bueno, uno cosecha lo que siembra.