miércoles, 1 de agosto de 2018

McLaren mejor explicado


Este verano le ha tocado al geriátrico abandonar sus cuarteles de invierno. Lees que Lobato no veía Fórmula 1 hace 20 temporadas, así, en plan disparo de culebrina, y piensas inmediatamente en lo mala que debe resultar la vejez cuando a esta gente sólo le quedan los años que llevan en esto para poder elevarse sobre los demás mortales, pobres.

Pero los años pasan para todos, y de vez en cuándo conviene renovar el libro de gramática y el catecismo, fundamentalmente porque las cosas cambian por mucho que haya quien siga empeñado todavía hoy en que no han cambiado...

A lo peor todo consiste en una lamentable incapacidad para adaptarse que, desgraciadamente, ha conseguido hacerse fuerte en redes sociales porque abundan allí los títeres que mendigan unos hilos que los muevan y un gurú que hable por ellos. Bien mirado, los lameculos existen desde que el mundo es mundo y los listillos que hablan desde su edad datan más o menos de la misma época, vamos, que esta modernidad huele demasiado a cerrado y a polillas como para tomársela en serio.

Os lo conté pero se ve que toca contarlo de nuevo porque no cuajó en su momento: antes se buscaba la velocidad en pista y luego se daba con la bendita fiabilidad; ahora, desde 2014 para ser exactos, se trata de encontrar primero la fiabilidad sobre el asfalto y luego dar con las prestaciones puras.

Parece el mismo camino pero en modo alguno lo es, de forma que mientras ahí fuera os arrullaban los oídos hablando de errores de cálculo actuales en McLaren —obviamente bajo una perspectiva de análisis de hace años—, llevamos valorando desde hace meses aquí mismo, que en Woking estaban esperando como agua de mayo el nuevo MGU-K de Renault, porque con él se iban a resolver los problemas de sobrecalentamiento en la zaga del MCL33 —os hablé también de que el principal escollo no estaba arriba, donde se apreciaba en la parte final del cubrecapot, sino en el fondo plano, en la huella de calor—, y viene Abiteboul y nos confirma ahora lo siguiente: «But with the new MGU-K we have the temperatures much better under control and there were no problems in our cars. But we cannot force Red Bull to use it» [Renault hits back at Red Bull fury].

También os animé hace un par de semanas a que os armárais de paciencia porque seguramente en Alemania se habían estado probando soluciones sobre el MCL33 con vistas a usarlas en Bélgica. Y Abiteboul, de nuevo, nos corrobora hoy mismo que mi catecismo y mi libro de gramática están convenientemente renovados y en buen uso: «Der zweite Renault-Kunde [McLaren] wird ab dem GP Belgien umsteigen» [MGU-K sorgt für Ärger].

No me enrollo. Acepto que cada uno vea y disfrute la Fórmula 1 como le dé la real gana, hasta ahí podíamos llegar, pero si la F1 de hace 20 años no nos explica lo que está sucediendo, que se ve que no, a lo peor estamos siguiendo y leyendo a quienes entienden que nuestro deporte no ha cambiado, sencillamente porque los que no están por la labor de adaptarse a lo nuevos tiempos son ellos.

Y eso, que os leo.

1 comentario:

anonimo dijo...

Hay un viejo adagio por allí, que reza "Hay dos tipos de estúpidos: Aquéllos que piensan que lo nuevo siempre es bueno, y aquéllos que piensan que lo pasado fue mejor". Lo cité de memoria, disculpemos si hay alguna imprecisión.
Puedes creer que la F1 de los 90s (hace 20 años) era "de oro", o puedes ser "fan" de los actuales híbridos. Cada quien en su derecho. Yo creo que la F1 de los 70s fue estupenda en cuanto al espectáculo, pero muy insegura.
Coincido con tu análisis: Si eres de los que cada GP toma el vuelo, se acredita en el circuito, ve los entrenamientos, qualy y carrera, charla con ingenieros y pilotos... tarde o temprano, aunque sea por ósmosis, vas impregnándote de conocimientos. Pero si quieres analizar la F1 actual con los ojos de quien vió los V8 DFV puede que te pierdas algunos detalles "menores"