jueves, 4 de junio de 2015

Pastor y la mala suerte


Dicen por ahí que a Pastor le ha pesado escoger el número 13 como dorsal de su vehículo, aunque soy de los que pienso que la Fórmula 1 actual no está hecha para él.

El otro día, tras el Gran Premio de Mónaco, la cadena Sky hacía un pequeño homenaje a la historia de las carreras en El Principado, con la canción Montecarlo interpretada por Johnny Dorelli como música de fondo. Ya sabéis:

Quando i baci miei / tu rimpiangerai, / puoi tornar, cherie, / a Montecarlo.
Questo nostro amor / puoi salvare ancor, / oh, cherie, con me / a Montecarlo...

Personalmente, me gusta más la versión de Renzo Arbore y su orquesta.

No sé, dura más, se escucha un vaffanculo en la última estrofa, y entretanto, da para que uno se imagine conduciendo un Alfa Romeo Spider acompañado, cómo no, de un pivón despampanante —qué demontre tendrán que no tengan las rubias, las morenas, las pelirrojas o las teñidas de toda la vida. A ver si un día me pongo a reflexionar sobre este asunto—.

En fin, ella con pañuelo estampado atado al cuello y gafas de sol, y tú... ¡ay tú!, recordando aquello de «enfermerita. Los hombres aman a las mujeres pero recuerda esto: por encima, están los coches», mientras sujetas el volante con una mano y la otra, sostiene el Martini rosso con aceituna y limón de todos los domingos.

Poco recorrido tiene esta historia, la verdad. Fijo que aparece un envidioso agente de la Polizia monegasca, para indicarte que aparques tu imaginación donde acostumbra a hacerlo Maldonado porque él se lleva el pivón, mientras tú te apañas con la multa y el cepo.

Y es que Pastor siempre aparca en el arcén, unas veces con menos delicadeza que otras, pero generalmente, con sus sueños rotos.

El venezolano me cae bien, pero con eso no basta. Matthew Carter insinuaba hace poco que Maldonado no es intocable en Enstone. El CEO de Lotus no dijo nada del dorsal número 13 ni de la mala suerte. 

Sin embargo, contábamos hace unos días que triunfó en Barcelona sobre un Williams y hoy digo que en el podio, le alzaron sobre sus hombros Fernando y Kimi. El de Maracay cae bien a mucha gente dentro y fuera del paddock, pero repito, eso no es suficiente, por ello se hace acompañar por un maletín despampanante, lleno de dólares americanos, adornado con gafas de ensueño y un pañuelo estampado anudado al cuello...

Un romantico passato, / se ritorni, / non andrà / perduto.
Non tardare più, / manchi solo tu, / oh, cherie, ritorna / a Montecarlo.
Oh, cherie, ritorna / a Montecarlo!

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No recuerdo en qué documental lo he visto, seguro aquí en el foro le sabrán asignar año y un GP. A un Ayrton Senna abandonando su coche y la carrera para auxiliar a toda velocidad a un colega estrellado. Luego recuerdo una situación parecida, otros pilotos intentando arrancar del coche en llamas a un Lauda.

Nunca digerí bien la actitud de Maldonado luego del choque con Gutiérrez. Yo, luego de esa vuelta en el aire, pensé inmediatamente que se había matado. Pastor tiene que haberse dado cuenta de la importancia del accidente, pero continuó como su nada. Fea la actitud.

Sin embargo es cierto, parece ser querido por muchos.