lunes, 8 de junio de 2015

All we need is love


Si no conocéis a los Leningrad Cowboys, ya estáis tardando. Finlandeses como Kimi y Valtery —más de la esencia del primero que del segundo, para qué vamos a engañarnos—, me sirvieron ayer como banda sonora de esa pedazo carrera que se celebró en el Gilles Villeneuve y acabó dejándonos lívidos porque la sangre se nos quedaba en los pies.

Tokenlandia se muere. Es un hecho. Ya no son sólo los alonsistas o los aficionados alemanes. Ayer también se sumaron a la égira revientaespectáculo los pérfidos petrolheads canadienses, cuando cansados vaya usted a saber por qué, prefirieron ir dejando el asiento libre en las gradas por no pillar embotellamientos a la salida de la procesión, se supone, o mayormente porque total p'aqué.

Recuerdo que a comienzos del año pasado, los enteradillos nos acusaban de ser nostálgicos a aquellos que no teníamos miedo en decir públicamente que nos aburríamos. Las estrategias suponían un puntazo y los live timming: el maná caído del cielo que nos permitiría sobrevivir al desierto... Pero no, no era verdad. Hoy nos arrastramos sobre la arena asediados por el hambre y la sed mientras ellos, los que nos afeaban, o bien han cambiado de tornas, o sencillamente hacen mutis por el foro.

Bien es verdad que hay nueva hornada de enteradillos, aunque esta vez nos están resultando aún más nostálgicos que nosotros antes. Capaces de discernir que Lewis ha salido ileso de su percance en Mónaco, o de vislumbrar una llamarada de genialidad en cada patochada que sucede sobre la pista. Y es que quien no se consuela es porque no quiere, que decía mi abuela.

El Gran Premio de Canadá fue un completo tostón. No vamos a poner paños tibios. Iban todos tan al límite que ni siquiera asomó las orejas el Safety Car. Era todo tan vertiginoso y espectacular, que las órdenes para economizar combustible no tardaron ni dos vueltas en hacer acto de presencia. Y en esto que James Hunt abrió brevemente el ojo, pero sólo para volver a cerrarlo...

Los vehículos propulsados por Mercedes-Benz juegan en otra liga (los de Brackley todavía más). Nada menos que 7 monoplazas distinguidos por la estrella de tres puntas entre los 10 primeros clasificados. Un 70% y con dos cojones, y no porque haya pelea y sean los mejores, que lo son, sino porque ayer quedó certificado que quien juega con tokens, se quema y se expone a perder un terreno muy difícil de recuperar.

Kimi Raikkonen hacía la vuelta rápida en carrera sobre su Ferrari, clavando el crono en 1'16''987, tiempo significativamente mejor que el que obtuvo Felipe Massa sobre Williams en la edición de 2014 (1'18''504), pero desgraciadamente, mucho peor que el que consiguió Mark Webber en 2013 (1'16''182), último año del reglamento superado.

Os hago la cuenta: con peor espectáculo, Iceman fue ayer tarde y en el mismo escenario, casi un segundo más lento que el ramplón aussie (sic).

Y el caso es que se supone que hay mejoras en todos los ámbitos. Los neumáticos son más rápidos, las unidades de potencia pueden llegar a los 1.000 caballos, pero el funeral escogió mal momento para celebrarse. Este fin de semana llega Le Mans y todavía habrá quien se pregunte por qué la afición prefiere dar la espalda a la máxima expresión del automovilismo deportivo.

Tokenlandia se muere. Es un hecho.

Os leo.

1 comentario:

GRING dijo...

Y es más:
2005 V-10 v.r. 1´15"841
2006 V-8 v.r. 1´14"384

Pero Carrera 2015, 70 vueltas ganador tarda 1´31"53 (sin repostajes) y carrera 2005, 70 vueltas ganador tarda 1´32"09 (con repostajes), con parecida diferencia entre el 1º y el 2º, y el 1º y el 3º en los dos años, aunque con sensaciones completamente distintas en el cómo y el porqué.

Sin entrar en asuntos como aerodinámicas, repostajes, neumáticos,...tipos de asfalto,...está claro que las limitaciones artificiales y ahora los tokens de las pelotas están empeorando el espectáculo, la competencia, la lucha en pista, la emoción de las carreras. VAMOS A PEOR, con mayúsculas. Si la F1 pierde la emoción o quieren que la emoción provenga de tonterías artificiales, esto lo va a seguir viendo Rita la Cantaora. Si a eso añadimos que los desgraciados que vemos la publicidad en A3 y algo de cochecitos de colores entre medias perdemos la concentración, señores, yo me vuelvo al fútbol de pleno, que por lo menos suele haber emoción hasta el final. CARRERAS DE TAXIS, NO!!!. Que vuelva la COMPETICIÓN ya y se dejen de limitaciones absurdas y de dejar los cambios para el próximo año.
Saludos de un cabreado absoluto con este deporte.