Max «grano en el culo»

Hace poco hablábamos de que Ferrari lo tiene francamente jodido para ganar el pulso con Mercedes AMG en el Mudnial de Constructores porque depende de carambolas que no se juegan en su mesa de billar [Con permiso o sin él], y el holandés de Red Bull es ahora mismo el principal escollo para los propósitos de la rossa.

Imagino que Maranello habrá tomado cartas en el asunto aprovisionado a la familia Verstappen de jamones denominación de origen Jabugo 5J para que pasen unas Navidades soberbias. 

Eso o toneladas de chuches, o quesos, o un contrato para hacer pareja con Leclerc a partir de 2020. Yo qué sé, cualquier cosa con tal de que Max se esté quietecito y no aspire en Interlagos y Abu Dhabi a nada que no sea a quedar por delante de los de Brackley, inmendiatamente por delante, para que nos entendamos. Del resto debe ocuparse La Scuderia, porque si el hijo de Jos se pone en modo grano en el culo la italiana puede ir olvidándose de salvar lo muebles.

El chaval no es de los que hacen gestos. No es un Schumacher en Brasil 2012 y queda muy a desmano exigirle imposibles. Está en el inicio de su carrera profesional y tene hambre de victoria como para dar y tomar. Y aquí radica el problema, porque perfectamente puede repetir lo conseguido en el Hermanos Rodríguez de México y machacar en Interlagos las intenciones de Ferrari. Que a ver, la culpa es de la rossa por llegar a la vigésima prueba del calendario hecha unos zorros y sin haber hecho los deberes, pero si hay que pedir se pide, que siempre ha sido peor robar...

El horizonte inmediato para la de Il Cavallino pinta en Brasil Pantone Black 5 C 2X. Max es mucho Max, demasiado Max. Un verso libre, un puñetero grano en salva sea la parte, porque a poco que se muestre entonado en el trazado de Sao Paulo, puede conseguir solito que en Maranello no sepan dónde meterse.

Os leo.