martes, 17 de julio de 2018

Ser Ferrari [II]


Cuando escribí que Brackley quería ser como la Maranello de principios de siglo [Mercedes quiere ser Ferrari], terminaba aquel texto de 6 de abril con esta sucinta frase: «Stuttgart necesita a La Scuderia más que nadie, y buscará hacer de mediadora en el debate para conseguir más poder del que ya tiene. Otra cosa es saber cuándo se acabará el juego y el gato terminará merendándose al ratón...» 

Y bien, el tiempo parece que ha llegado. Los planes de Liberty Media para 2021 se han roto solos [El dramón] y es posible que los hechos a partir de ahora sean bastante diferentes a la secuencia que hemos disfrutado hasta el momento. Hamilton tiene que renovar y no le veo haciéndolo sin garantías de calzarse el quinto de su carrera, ya que después vendrán el sexto y luego el séptimo, y quién sabe si el octavo, con el que quedaría meridianamente claro que el de Tewin es mejor que Schumacher, sobre todo para los que no ven más allá de los números y la estadísticas.

Es un suponer, obviamente. No me lo toméis a mal.

Dicho esto, hay en la actualidad suficientes elementos sobre la mesa como para considerar que el dibujo que hice hace tres meses ha servido de patrón para llegar donde hemos llegado.

La Mercedes AMG que pudimos ver en los entrenamientos de Montmeló no ha asomado las orejas en las diez carreras que se han disputado, y resulta extraño. Por hache o por be, o incluso por errores de estrategia totalmente disculpables (sic), Brackley ha cedido más terreno del que sería normal dejarse en la cuneta siendo tetracampeona del mundo y teniendo como primer conductor a uno de los pilotos más veloces en punta.

Sí, sí, sí. Ya sé que Mercedes AMG ha podido pagar caro, precisamente en 2018, el no haber tenido prácticamente oposición de 2014 para acá.

También conozco de sobra lo que puede suponer que Hamilton no esté entonado, y depender de la suerte, y sufrir fallos de fiabilidad que no se daban desde la década de los cincuenta, que se dice pronto. Por eso mismo me he aprovisionado de palomitas para lo que queda de verano y tengo previsto aumentar el volumen del almacén para llegar holgado a Abu Dhabi.

Wolff no le llega a la suela de los zapatos a Montezemolo, pero a lo mejor hace historia como el de Bolonia.

Os leo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En este caso, si aplicásemos las ecuaciones de Albert quedaría muy claro que a Mercedes se le está por acabar.

A medida que van enlazando victorias consecutivas año tras año, y ganando velocidad en el mundillo formulero, la masa de sus monoplazas se va incrementando (con el infinito por límite) hasta el punto en donde no le llegarán ni un trillon de CVs.

Y no será porque los alemanes sean mancos para sacárselos del sombrero. Sino que, como bien lo supo Luca, ganar aplastando no acaba resultando bueno para nadie.

Antes que ver hepta a HAM, seguro le regalan un par a VET, y otro al holandés. Por no mortificar a las audiencias...

anonimo dijo...

Los proyectos de F1 muy exitosos (Williams de la época de Nigel o Alain, Ferrari en época de Schumacher, ... y Mercedes AMG de Lewis) terminan quitándole interés a la categoría. Como la "pasta" involucrada es enorme, tanto de la FIA como de los equipos, el negocio no cierra si se pierde público.
Williams aceptó caballerosamente a perder poder luego del campeonato de Prost, sabiendo que su coche iba a quedar en inferioridad de condiciones; puede que Brackley esté haciendo lo mismo pero indirectamente, "que parezca un accidente" decía la mafia cuando acribillaban a alguien de veinte balazos.

Cao Wen Toh dijo...

Mercedes, a cambio de volver a la F1, se llevó regalados cuatro campeonatos (en principio dos para el Mierda y dos para su piloto de la tierra, que al final, por el egoísmo de HAM, quedó en un 3-1 y la retirada de Britney). Ahora a correr, pero sólo contra Ferrari, nobleza obliga; y a los demás que les den. Éste y otros amaños (que el carbono 14 data en 2007, no todo es Mercedes), han matado tanto la emoción que cae uno más rápido en la siesta con la F1 que con el Tour (a su lado los documentales de La 2 son pura adrenalina).