miércoles, 18 de julio de 2018

El libro de Ron


Hace relativamente poco me soplaron que Ron Dennis va a publicar sus memorias de manera inminente. 

El soplo como tal es un poco castaña, y así se lo hice saber a mi interlocutor. No con estas palabras, claro. Le dije que ya se habló de ello cuando Dennis salió por la puerta de atrás de Woking. Le comenté que suele ser lógico en gente así, tratar de imponer su visión de la verdad como hicieron aquí Felipe González o José María Aznar, que parieron sus respectivas hagiografías más para satisfacer su ego que por otra cosa. Vamos, que no me extrañaría que las publicara, pero nunca antes de que termine el pacto de silencio que sin duda firmó con el finiquito.

Desde luego, no se puede negar que a Ron le sale el ego por cada poro de su piel, ni que tiene que estar más quemado que la pipa de un indio por cómo le acabaron tratando en su propia casa, pero no le veo contestando al libro de Fernando —según mi garganta profunda éste sería el detonante— con otro libro, fundamentalmente porque conociendo a ambos, intuyo que cada uno de ellos tiene infinidad de más cosas que hacer que centrar su atención en el funesto 2007 o en la melodía inacabada de Honda. Hay vida más allá de la muerte, dicen. Pues en literatura, lo mismo, y en el género biográfico también.

Como editor y escritor yo les animaría a que no dispensaran a esto más espacio que el indispensable.

Tanto Alonso como Dennis, gracias a Dios, tienen una caudal gigantesco de anécdotas e información con las que llenar uno o dos, o tres volúmenes, y me parecería un error supino, y un flaco favor a su público, incidir en aspectos de sus respectivas vidas que desgraciadamente no se pueden cambiar.

En el caso del hipotético texto de Dennis debo confesar que me gustaría que mi fuente tuviese razón, pero no por lo que imagináis. Me gustaría saber cómo tomó el control de McLaren o por qué decidió trasladar la sede a Woking. Qué relacion tuvo con John Barnard o cómo lidió con Ayrton Senna y Alain Prost, pero desde la perspectiva del patrón que tenía que contentar, también, al proveedor de motores. Huelga decir que me encantaría conocer de primera mano por qué quería tanto a Mika Hakkinen, o qué pasó con el MP4/18 que malparió Adrian Newey. Su relación con Montoya, con Coulthard, con Kimi, con Pedro, con Max Mosley, y si era verdad eso que se dijo que fue él quien filtró las imágenes de la azotaina nazi al presidente de la FIA...

Bernie... Descubrir qué relación tuvo Dennis con Ecclestone, o cómo se le ocurrió hacerle una OPA hostil a Mansour Ojjeh cuando éste prácticamente estaba en el postoperatorio postrado en la cama de un hospital. O la historia del fondo capital chino... No sé, me parece que si Ron finalmente publica sus memorias, cuando sea, me las compro sólo por leer su opinión sobre el expolio que perpetró Ross Brawn sobre McLaren en 2012 y 2013,

En el fondo, desearía que no fuese una castaña la historia de la inminente aparición de las memorias de Ron Dennis. Muchos iban a quedar retratados con el culo al aire, y eso resulta impagable.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo soy de Ron, pero con Red Bull, que encima te da alas!!

:)