Poner una chica en la luna

A priori suena bien, para qué vamos a negarlo...

A través de Laurent Rossi, Alpine nos hacía saber hace una semana y media, que ha activado una iniciativa enfocada a que una mujer pueda correr en F1 dentro de unos ocho años, temporada arriba temporada abajo.

Si he entendido bien la noticia, que creo que sí, las niñas serán tratadas como los niños dentro de un programa en el que colaborarán Fernando Alonso y Esteban Ocon, por aquello de arrojar claves como pilotos en activo, que permitan allanar el camino pedagógico que llevará a los alumnos prometedores, indistintamente de su género, a enfrentarse adecuadamente a los requerimientos de una actividad tan exigente como la de conductor de bólidos [Alpine programme aims to discover competitive female F1 driver within eight years].

Patadita a la W Series incluida —por cierto, coincidente al 100% con nuestro planteamiento  de octubre de 2018 [Sólo para señoras]—, Rossi cree llegado el momento de cambiar de perspectiva con respecto al papel que desempeña la mujer en el automovilismo deportivo de máximo nivel y, en concreto, la Fórmula 1. De regalo, cierra su alocución con una frase que deberían llevar tatuada en la zona más sensible de su anatomía, todos aquellos que apostaban a que la segregación en campeonatos distintos era una buena idea: «It is all about meritocracy and performance, we need to get the best talent where they are.»

Os leo.