Los milagros existen en Fórmula 1, te ves obligado a desprenderte de un patrocinador del calibre de Uralkali, por ejemplo, perdiendo en el camino a un piloto de la calidad de Nikita, y la billetera de papá, claro, y a cambio te florece en el jardín un monoplaza ramploncete de cojones que suma 34 puntos en el momento de escribir estas líneas y acumulará más cuando termine todo en Abu Dhabi.
Confieso mi incapacidad para explicar qué ha sucedido con la de Kannapolis desde febrero aquí, más allá, obviamente, de la intervención divina a la que acabo de aludir en el primer párrafo.
El VF-22 no prometía gran cosa en los test a puerta cerrada en Montmeló porque, aerodinámicamente hablando, resultaba demasiado similar al modelo FIA para esta temporada [#Unboxing (Haas)], pero ha sucedido algo: las piezas del puzle made in Ferrari, la incorporación de Kevin Magnussen, yo qué sé, Mick Schumacher que se ha puesto las pilas... El caso es que Haas navega séptima a estas alturas del campeonato y únicamente Alpha Tauri podría amargarle la fiesta a fin de año.
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario