Ghost of the St. Louis Blues

Es una pena que el sanedrín de la chavalería haya decidido que amar a Leclerc supone reírse o zaherir a Vettel, porque así las cosas, da un poco de corte celebrar la pole del monegasco con Ferrari en pantalón corto y camiseta —hace suficiente calor en Gorliz como para que esté desaconsejado el uso de chaleco antifragmentación y casco de kevlar.

El caso es que estoy feliz porque la rossa parte mañana desde la primera línea de parrilla y por el alegrón que se ha notado en el garaje de La Scuderia con el tiempazo de Charles, y es que algo me dice que este primer golpe sobre la mesa dado por el de Montecarlo no va a ser como los que daba Kimi en épocas que no quedan tan lejos...

Pero las carreras son el domingo, que es a lo que vamos, y lo principal, como anotaba más arriba, es que Ferrari ha recobrado las buenas vibraciones de pretemporada que se perdieron en Melbourne, y en lo que llevamos de fin de semana en Sakhir ha vuelto a demostrar que tiene capacidad para llevar a la esquina del cuadrilátero a los chicos y máquinas de Brackley.

¿Mercedes AMG guarda cartas en la manga? Hombre, no soy tan iluso como para no haber percibido un cierto e inusual desinfle de las estrellas de plata en Bahrein y desde la primera sesión de entrenamientos, pero si el campeonato viene de cara por las razones que sean, lo que no se puede hacer es lo de Albert Park, así que bien está que desde Maranello se aprovechen estas cositas, y mejor aún, si ocurre desde el mismo sábado.

Tiempo habrá para dilucidar si la de Il Cavallino está a un segundo o más de su principal rival. Si me permitís decirlo así, lo clave ahora es resultar tremendamente prácticos porque, a fin y a cuentas, si Mercedes AMG se ve en la obligación de fingir, un suponer, es porque se lo ha buscado. Y qué queréis que os diga, la obligación del pescador en río revuelto es pescar y dejar para mejor momento el sabio razonar.

Ferrari necesita sumar la mayor cantidad de puntos en los momentos de flaqueza de su máximo contrincante, y en Bahrein se ha empezado con muy buen pie... y lo escribo cruzando los dedos para que mañana a nadie se le vaya la pinza en la salida o el muro acabe por imponer criterios artificiales que nos amarguen el caramelo de hace un rato. Y es que fijaros: si el Albert Park se hubiese dejado que Charles obtuviese el punto extra por vuelta rápida o que se hubiera zampado con patatas a Vettel haciendo la VR, en el caso de que el monegasco ganara mañana, el mundo olería infinitamente mejor que si vence dentro de unas horas con la tabla de puntuación en los mismos términos que está ahora.

Los matices son sumamente importantes, y cuando el calibre de los tornillos se mide en micras, lo lógico y deseable sería que el trabajo de los pilotos se cuidara igual...

Os leo.