lunes, 11 de marzo de 2019

A los pichaflojas...


¡Ay Lovecraft! Que no está muerto lo que yace eternamente, y con eones extraños incluso la muerte puede morir...

Tanto saludar que Bernie era insustituible, tanto aplaudir que nuestra Fórmula 1 era tan buena de la muerte que se parecía a las de antaño, hete aquí que nos abocamos a rompernos los piños por gilipollas, no más... ni menos, añado.

Al poder no le contestas y te acaba metiendo un par de patadas en las avellanitas, una porque en el fondo te la mereces, la otra, de propina. Esto es así de toda la vida y parece mentira que haya quien todavía no se ha dado cuenta. Le ríes las gracias al Ecclestone de turno y acabas echándole la culpa al que ha comprado su marrón porque el patrón no es mejor ni peor, es simplemente distinto, pero siempre es y será el patrón.

La F1 hace demasiado que dejó de pensar en los sufridos aficionados que sueñan húmedo con las gestas de Senna. A la Bruja de Blancanieves le ponían cachonda los septuegenarios que gastaban Rolex, y a Liberty Media, unos horizones que empiezan a resultarnos muy extraños, mayormente porque nos pillan a desmano. Leo que a lo peor perdemos el Gran Premio de España y a gente que piensa que Bernie no habría obrado igual, como si el británico fuese un apasionado de toda la vida.

A Ecclestone le hemos importado un pimiento, siempre. Nos vendió a Red Bull y luego a Mercedes-Benz por salvar su pellejo de los coletazos del caso Gribkowsky, y para rematar la faena, nos vendió como saldo a la gente de John C. Malone. Él ha ido haciendo caja en cada movimiento y a nosotros nos ha dejado como regalo de despedida, poder ver desde la primera fila de butacas cómo se va resquebrajando y derrumbando el edificio que levantó...

Se nos llena la boca con la corrupción de Valencia Street Circuit, por ejemplo, pero se nos olvida incorporar a la ecuación la maniobra de Carod-Rovira por adelantar a cualquier precio el contrato de renovación de Montmeló y que le coincidiera con no sé qué coño interés del tripartito. El caso es que Bernie aprovechó la coyuntura y a nosotros nos va quedando un erial.

Oigo, escucho cómo nos lamentamos. Leo a gente entristecida, y discúlpenme ustedes, pero pienso que si Roma no pagaba traidores, qué coño les iban a dar a los pichaflojas los anglosajones que protegían a Dios mintiendo o diciendo disparates...

Liberty lidia con la herencia de Ecclestone, y como puede. Va a haber víctimas, fundamentalmente porque se miró para otro lado cuando tocaba decirle al patrón que así no, y también, porque ahora resulta tarde, para qué vamos a engañarnos. En todo caso, disfruten con sus respectivas cobardías, pero no me miren, llevo años advirtiéndolo. Y ya si eso, si se duelen en sus respectivas avellanitas, por favor, no nos lo cuenten.

Os leo.

1 comentario:

Son de Bueu dijo...

Silverstone, arruinado.
Nurburgring, sin dinero.
Hokkenheim, en deudas.
México, el estado no da ni un duro más.
Montmeló...

De aquellas extorsiones financieras vienen estos lodos.