miércoles, 19 de septiembre de 2018

La boutade


Antes de entrar al trapo voy a contextualizar un poco, no sea que por tratar de poner las cosas en su sitio, el sector catalán de lo nuestro, en vez de llamarme forofona o radical, solicite que me quemen en hoguera pública.

A ver, el año pasado, 2017, con 15 pruebas encima, nadie daba brinquitos de alegría ni se ponía cachondo hablando de lo supreme que llegaba Lewis Hamilton al final del campeonato, ni mucho menos Eddie Jordan lo daba por ganado para el británico, su compatriota. La hemeroteca está ahí y se puede comprobar fácilmente que la situación se achacaba a las cagadas de Ferrari y Vettel, y a la falta de tono de la primera, fundamentalmente, que en Monza se había liado la manta a la cabeza tratando de encontrar el setup correcto y no sabemos a día de hoy si lo ha localizado. 

El de Tewin encaraba muy cómodo la recta final de la temporada, eso sí. Sumaba 281 puntos y disfrutaba de un saldo de 34 sobre Sebastian a falta de cinco pruebas por disputar. Pero nadie saltaba de alegría, que no se nos olvide.

A falta de seis carreras en 2018 —vamos a ventiuna citas en vez de a veinte—, Lewis también atesora 281 puntos, aunque su ventaja sobre Vettel es de 40 en la actualidad en vez de los 34 de hace doce meses. Son 6 puntos, sólo 6 puntos, pero hay una carrera más por delante, y por si fuera poco, en 2017 fallaba una bujía en Japón y, gracias a Dios, esta campaña la rossa va fabulosa de la muerte en cuanto a fiabilidad...

¡Mátame camión! Reconozco que los british son muy especialitos con estas cosas, y se lo alabo desde la envidia más sana, pero el escenario en 2018 parece más complicado que en 2017 y así y todo, les ha entrado un subidón que ríete tú del ¡Lore, Lore; Macu, Macu!

Esencialmente son mejores que nosotros porque un día de tormenta aceptábamos que a partir de ahí íbamos a ser peores que ellos. Proporcionalmente hablando, disponen de más analistas a pie de pista que de sofá, y, fundamental: gozan de leales embajadores por todo el mundo a los que suelo referirme cariñosamente como mamporretas... ¡Esperad, que me estoy viniendo arriba! Me pongo el choto de cuero, me ajusto el foulard y fijo las gafas mientras el mecánico arranca el Le Rhône 9J. Carreteamos por la pista. Velocidad, y flaps abajo...

Las Spandau LMG 08/15 está engrasada, las tolvas estan llenas de munición, así que vamos a derribar farolillos en cuanto aparezcan en el horizonte... porque de los promotores del no desmerezcas a su rival porque estás demereciendo a tu héroe, ha surgido la más hipócrita y estúpida boutade contra Vettel y La Scuderia.

No hay razones (objetivas) para tanta alegría salvo que la siempre equidistante y neutra prensa britanica esté sufriendo de un acceso de patrioterismo, tan mal visto por tierras españolas, y a los datos que acabo de pasar a limpio me remito. Hamilton está arriba porque Vettel está abajo, por nada más. Sobran las luces, los fuegos artificiales y el decorado, incluso sobran Eddie Jordan y sus payasadas. Quedan seis carreras por delante y aunque no me voy a jugar un jamón, ya te voy diciendo, Sebastian, que desde que empaquete esta entrada empiezo a encargarme de limpiar el terreno. Convénceme de que me he equivocado contigo, ¡gañán!, haz que vuelva a creer en las hadas.

Forza!, y que les vayan dando a los british y su neutralidad ponzoñosa hasta que los números nos digan realmente ¡basta!

Os leo.

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