Pero, ¿te quedas?

Ya intuíamos que Hamilton tenía muchos boletos para «volver» en su tierra [Las mujeres y los niños primero], pero así y todo, no se puede negar que ha cumplido el guión a lo grande. 

La respuesta al dominio de Ferrari durante esta tarde ha sido incontestable. Fino, delicado, rapidísimo, fulminante, Lewis ha sacado todas sus mejores virtudes y las ha puesto sobre la pista de Silverstone hasta rascar 44 centésimas de donde parecía que no había, y marcar con ellas la distancia que habrá mañana entre el poleman y Vettel.

Casualidad o no, 44 es su dorsal y da la sensación de que le da suerte. Hamilton renunció a cambiarlo por el número 1 tras ganar su segundo Mundial. Los Campeones del Mundo son los únicos que pueden hacerlo, pero lo cierto es que nos quedamos con las ganas de saber si Nico Rosberg, el otro World Champion Driver que hemos tenido desde que se aplicó la elección personal de dorsales en 2014, habría cambiado su 6 por el 1 en 2017 y, desde luego, nos queda saber si Sebastian defenderá el 1 o el 5 si lo consigue este año.

Escribí algo sobre todo esto en su momento, pero Nürbu se ha ido volviendo un dragón cada vez más complicado de gobernar y me ha resultado imposible encontrar esa entrada en concreto.

No obstante, recuerdo que no me pareció bien la actitud del de Tewin. Muy al contrario, me pareció una pequeña falta de respeto hacia el 1, respetable en su contexto, desde luego, pero fea por su calado y por romper una tradición de varias décadas. Creo que también hablé de que podía acarrearle algún tipo de mala suerte, ¡fíjate tú!, pero mira, me equivocaba, y en el fondo me alegro de haber metido la pata.

Pero a lo que vamos, el dorsal 44 ha metido 44 centésimas al dorsal 5 y eso es lo que contará mañana. Lewis arranca primero y tal y como están las Pirelli puede tener media carrera en el bolsillo por haber arreado hoy como un F-22 en vuelo rasante sobre el asfalto del circuito donde se inició la era moderna de esto que llamamos Fórmula 1.

Y esta es la parte que me gustaría puntualizar hoy, con vuestro permiso, siempre. Porque los fines de semana de Gran Premio se nos han devaluado bastante. Es obvio que hay que elegir entre prueba o clasificación y que a veces las cosas no salen como se esperaba, pero ver a Hamilton a calzón quitado ante su público con tal de regalar a sus nutridas filas la pole que luego se vuelve selfie autocomplaciente, me ha reconciliado con él y las viejas películas donde el héroe lo era siempre, en las duras y las maduras.

Le he mandado un Whatsapp para felicitarle y por ver si encuentra un hueco y nos vemos antes de Alemania. Esta zona está francamente hermosa estos días. La abundante lluvia que nos ha regado la semana pasada mantiene ese tono verde tan nuestro incluso rozando los 30º. No me ha contestado todavía, pero sé que lo hará. También quiero preguntarle si firma de una puñetera vez el contrato de renovación y en vez de parecer el Guadiana, como desgraciadamente nos tiene acostumbrados, esta vez se queda de seguido hasta Abu Dhabi.

Silverstone parece un buen punto de partida, para todo. Os leo.