Esas aberturas de aireación grandotas en los pontones, esa descomunal entrada superior de aire. El drag, el maldito drag...
Lo cierto es James Key ha hecho un excelente trabajo con el STR13 que ha permitido que la unidad de potencia Honda respire lo suficiente, y esto llevó el domingo pasado a que Pierre Gasly alcanzara un inesperado cuarto puesto y a que Tanabe san haya sacado pecho —los orientales se occidentalizan cagando leches cuando quieren—, y en consecuencia, también a que haya mucha gente que no sepa en estos momentos a qué clavo ardiendo agarrarse.
Bueno sí, nos queda por ahí el tema de la fiabilidad, pero viendo lo chubarrones que se han puesto los nipones hay que empezar a contar con que son muy capaces de amargarnos también esta fiesta.
Venga, va, dejo de meter el dedo donde no debo. Quería escribir esta noche sobre lo saludable que resulta que por fin tengamos cuatro propulsores que sirvan para algo en el campeonato y no los dos de costumbre, así que vamos al lío porque Honda está cumpliendo (de momento) y lo último que debemos hacer es abrirnos las carnes por lo que pudo ser y no fue. Además, los que están quedando retrataditos son los chicos de la British Press o la Deutsche Presse que juraban y perjuraban que los nipones no llegaban ni hartos de sake.
Podemos dar al asunto las vueltas que queramos, pero resulta obvio que Sakura está incentivada por sacudir en las narices a su antigua socia y eso es bueno para Faenza y el entorno de Milton Keynes, pero fundamentalmente para nosotros, ya que hasta que lleguen los refuerzos a otros equipos, a poco bien que vayan las cosas vamos a disfrutar de lo lindo porque en las carreras que quedan hasta el Gran Premio de España va a haber más vidilla en la montonera que en la cabeza.
Haas, Renault, McLaren, Force India y Toro Rosso... Cinco equipos, cinco. Diez conductores, diez. Tres tipos de unidad de potencia, tres. Media parrilla en formación de combate, luchando a brazo partido por los centímetros de asfalto que dejan atrás Ferrari, Mercedes AMG y Red Bull. Y si Sauber espabila un poco y a Williams se le aparece Saint George, como que a lo mejor hay todavía más salsa.
No entiendo los mohínes de rechazo, en serio. Esta situación es increíblemente bonita porque no hay nada más hermoso en deporte que las revanchas. Me pisaste el juanete, ¿recuerdas?, pues mira ahora dónde te meto el pie...
Así que si el otro día recomendaba una copita de patxaran para ayudar a hacer la digestión, hoy os recomiendo una de orujo, a poder ser gallego o leonés. Es un licor más fuerte, pero tan saludable como el otro.
Os dejo en paz por hoy. Hasta mañana, os leo.
Haas, Renault, McLaren, Force India y Toro Rosso... Cinco equipos, cinco. Diez conductores, diez. Tres tipos de unidad de potencia, tres. Media parrilla en formación de combate, luchando a brazo partido por los centímetros de asfalto que dejan atrás Ferrari, Mercedes AMG y Red Bull. Y si Sauber espabila un poco y a Williams se le aparece Saint George, como que a lo mejor hay todavía más salsa.
No entiendo los mohínes de rechazo, en serio. Esta situación es increíblemente bonita porque no hay nada más hermoso en deporte que las revanchas. Me pisaste el juanete, ¿recuerdas?, pues mira ahora dónde te meto el pie...
Así que si el otro día recomendaba una copita de patxaran para ayudar a hacer la digestión, hoy os recomiendo una de orujo, a poder ser gallego o leonés. Es un licor más fuerte, pero tan saludable como el otro.
Os dejo en paz por hoy. Hasta mañana, os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario