martes, 17 de abril de 2018

Carlos y las vueltas de tuerca


Aunque a priori pueda parecer material para un Cuarto Milenio de Iker Jiménez, la parte más complicada para un piloto que inicia aventura en un nuevo equipo, consiste en imponer su propio discurso evitando dejarse atrapar por el de otros, la prensa, fundamentalmente.

Parece una tontería pero en modo alguno lo es. Si un conductor se queja en exceso de las circunstancias que lo rodean acabará siendo dibujado con la peor de las tintas, y si se guarda sus pupas para sí, tampoco es que le espere el cielo... De una u otra manera estará perdido, bien por sobrexposición o bien por falta de empatía; en todo caso, que es a lo que vamos, en Renault, Carlos ha elegido currar como un jabato mientras ha bajado su perfil público para evitarse marronazos y malos tragos, lo que no impide que, de vez en cuando, cometa alguna falta o pecadillo.

Al hilo de la entrada de este mediodía [Y se dice, y no pasa nada...], a pesar de que me produce puñetera gracia la diferente vara de medir que se utiliza a la hora de comparar determinados pilotos, lo acepto como parte del juego, incluso cuando se compara a un tipo que fue ascendido manu militari a la tercera plataforma de la parrilla con otro que se enfrenta al enorme curro de levantar la escudería que hizo sexta en 2017 y quedó a 311 puntos de la otra...

Si alguno de los numerosos listillos que abundan tiene argumentos para defender que es parecida, idéntica o similar, la actitud ante su respectivo volante de esos dos pilotos que estoy mencionando, que levante la mano y lo diga, y nos alumbre, por favor, porque en Fórmula 1 jamás ha sido lo mismo permitirse el lujo de ser agresivo que limitarse a sumar cuantos más puntos mejor.

Y bien, a Carlos, amén de estar siendo comparado con el bueno de Max —a quien humildemente pienso que da cien mil vueltas en cuanto a tener la cabeza en su sitio—, se le está pidiendo que machaque a Nico (Hulkenberg) en un comienzo de temporada marcado por dos circunstancias que están pasando por alto los popes y los que exigen constantemente la cuadratura del círculo.

Una de ellas consiste en que China y Bahrein han estado tan juntas este año que prácticamente podríamos considerarlas las dos caras de una misma prueba. El planteamiento de Renault ante ambas, así como los reglajes elegidos para el RS18 en cada una de ellas, vienen de lo comprobado en Melbourne. Es decir: no es que sea pronto, es que resulta prontísimo para sacar conclusiones tanto del monoplaza como de sus pilotos, y más para compararlos con lo que se hace mucho más arriba.

La otra es Hulk. Nico no es precisamente una perita en dulce. El campeón de las 24 Horas de Le Mans 2015 es un piloto consistente y experimentado, y rápido cuando puede, del que sabíamos que iba a ser un duro hueso de roer desde que Sáinz se subió a un trasto de Enstone en el Gran Premio de los USA del año pasado. Pero lo importante para lo que nos ocupa no es esto, sino más bien, que el coche de esta temporada fue hecho por Dios a imagen y semejanza del de Emmerich am Rhein, por cierto, como no podía ser de otra manera.

El madrileño no contaba el año pasado y Jolyon aún menos, pero los monoplazas F1 tienen la fea costumbre de venir del vehículo anterior y empezar a construirse con meses de antelación al comienzo de cada campaña. En este sentido, lo lógico es pensar que fuera Nico el encargado de ir puliéndolo en el simulador...

Quiero decir con todo esto que Sáinz no falta a la verdad cuando advierte que su compañero alemán tiene más experiencia sobre el cacharro. Hukenberg condujo el RS17 y ha participado activamente en el desarrollo del RS18. Por tanto, todo esto no supone una excusa sino una cauta declaración de intenciones, pues el madrileño sigue trabajando en recortar la distancia de rendimiento con su coequiper, en adaptarse, aquello que se argumentaba sobre Max cuando después de vencer en el Gran Premio de España 2016 se piñó en el de Mónaco...

No os aburro. Como es sencillo de colegir, considero que es demasiado pronto para sacar conclusiones, y muy apresurado intuir que el duelo entre el alemán y el español en Enstone acabará del lado del primero. Carlos no puede exponerse demasiado ahora, pero para eso estoy yo, ya me entendéis.

Os leo.

1 comentario:

Fleichié dijo...

Hace un tiempo , en una entrevista , Roberto Merhi confirmaba dos leyes no escritas del código de las escuderías en la F1 .
Una era la de que es verdad que "se abre" o "se cierra gas" a conciencia en uno u otro piloto de una escudería según se necesite que quede mejor o peor que su compañero .
La otra era que ninguna escudería quiere quedarse con el segundón de la temporada , con lo que el que se va a largar tiene todos los papeles para quedar segundo .
En el caso de Sainz , mientras Ricciardo no deshoje la margarita , siempre planeará la posibilidad de que RedBull se lo lleve para cubrir el hueco del australiano con lo que Renault no va a "facilitar" precisamente , que el español le de una buena tunda a Hulkenberg .....y si termina pasando , es que Carlos es muy bueno .
Le leo maestro