Seamos francos: las posibilidades de que Paddy Lowe y Felipe Massa muestren parecido enfoque sobre un mismo asunto, son tan remotas como las que tenemos cualquiera de nosotros para que nos toque el bote de Euromillones. Pero ha sucedido. Contra todo pronóstico, el bueno de Paddy y mi Felipe han coincidido en que los males de Williams pasan por el tema del pecunio, la tela, el dinero, el parné.
Pasando de puntillas sobre las palabras del director técnico al respecto de que con Stroll y Sirotkin poco se puede hacer —a fin y a cuentas no es nuevo y en el fondo, en eso consiste el trabajo del británico: en destacar los problemas y tratar de resolverlos—, Lowe y Massa han manejado un discurso diferente pero a la vez complementario, que, obviamente, acaba resultando diamantinamente nítido porque supone un torpedo que apunta a la línea de flotación de Claire Williams y su gestión al frente de la escudería.
No obstante, si situamos las declaraciones en su correspondiente hilo temporal, resulta que mi Felipe no ha tomado la iniciativa sino que se ha sumado al carro puesto en movimiento días atrás por el de Nairobi, y además, arrimando el ascua a su sardina, como viene siendo costumbre, pues en la crítica a que en Williams sólo importa el dinero se desliza la presencia del último langostino de la cena de Navidad, ése que todos quieren para sí pero sólo se atreve a coger el cuñado al que todo le importa una mierda.
Sí, queridas y queridos míos, Massa viene a decirnos que en Grove no interesa la calidad, la suya, claro está...
Sinceramente, os confieso que cuando estoy de bajón suelo recurrir a las declaraciones del paulista, sean del año que sean, da lo mismo, porque en ellas se atisba el abismo aquel de Nietzsche en el que si te asomabas demasiado te acababa mirando él a ti.
Y es que a ver, comprendo que el brasileño siga sintiendo ganas de conducir deportivamente, pero no se puede tener un ego tan subido que prolongue su actividad altanera durante tantas y tantas temporadas con sus correspondientes altibajos. Se mire como se mire, lo de mi Felipe es admirable. Con Schumacher, con Raikkonen, con Alonso, con Bottas, con Stroll, su incuestionable calidad nunca ha sido suficientemente correspondida por el equipo. Esto es fe en uno mismo, damas y caballeros, lo demás son pamplinas.
Desconozco si Deepak Chopra tiene pensado abordar un libro de liderazgo y autoayuda tomando a Massa como protagonista. Si así fuera, le recomendaría que esperase, porque mi Felipe siente que todavía tiene mucho por demostrar y se está pensando desembarcar en la Formula E, y luego, Dios dirá, porque ¿quién dijo miedo...?
Os leo.
Pasando de puntillas sobre las palabras del director técnico al respecto de que con Stroll y Sirotkin poco se puede hacer —a fin y a cuentas no es nuevo y en el fondo, en eso consiste el trabajo del británico: en destacar los problemas y tratar de resolverlos—, Lowe y Massa han manejado un discurso diferente pero a la vez complementario, que, obviamente, acaba resultando diamantinamente nítido porque supone un torpedo que apunta a la línea de flotación de Claire Williams y su gestión al frente de la escudería.
No obstante, si situamos las declaraciones en su correspondiente hilo temporal, resulta que mi Felipe no ha tomado la iniciativa sino que se ha sumado al carro puesto en movimiento días atrás por el de Nairobi, y además, arrimando el ascua a su sardina, como viene siendo costumbre, pues en la crítica a que en Williams sólo importa el dinero se desliza la presencia del último langostino de la cena de Navidad, ése que todos quieren para sí pero sólo se atreve a coger el cuñado al que todo le importa una mierda.
Sí, queridas y queridos míos, Massa viene a decirnos que en Grove no interesa la calidad, la suya, claro está...
Sinceramente, os confieso que cuando estoy de bajón suelo recurrir a las declaraciones del paulista, sean del año que sean, da lo mismo, porque en ellas se atisba el abismo aquel de Nietzsche en el que si te asomabas demasiado te acababa mirando él a ti.
Y es que a ver, comprendo que el brasileño siga sintiendo ganas de conducir deportivamente, pero no se puede tener un ego tan subido que prolongue su actividad altanera durante tantas y tantas temporadas con sus correspondientes altibajos. Se mire como se mire, lo de mi Felipe es admirable. Con Schumacher, con Raikkonen, con Alonso, con Bottas, con Stroll, su incuestionable calidad nunca ha sido suficientemente correspondida por el equipo. Esto es fe en uno mismo, damas y caballeros, lo demás son pamplinas.
Desconozco si Deepak Chopra tiene pensado abordar un libro de liderazgo y autoayuda tomando a Massa como protagonista. Si así fuera, le recomendaría que esperase, porque mi Felipe siente que todavía tiene mucho por demostrar y se está pensando desembarcar en la Formula E, y luego, Dios dirá, porque ¿quién dijo miedo...?
Os leo.
4 comentarios:
Seamos francos: la posibilidad de encontrar en internet algún texto bien escrito es tan remota como la que tenemos cualquiera de nosotros para que nos toque el bote de Euromillones.
Gracias, José.
Massa lo que quiere es retirarse por tercera vez en otro gran premio brasileiro , aún no ha tenido bastante ;)
Nunca me decepciona la forma en que miras a Felipe, Jose :) No puedo estar mas de acuerdo. Fe en si mismo admirable.
Es importante tratar de captar el tono de un escrito para comprender todos sus matices . Sobre todo si se utiliza la ironía de un modo tan magistral .
Aunque por otro lado hay mucha gente que piensa que en una creación artística lo importante es lo que el espectador piense de ella y no lo que el artista haya querido plasmar .
Pero bueno , esas suelen estar en Arco ;) .
Le leo maestro .
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