Ferrari ha dilapidado en un par de carreras lo cosechado al comienzo del campeonato, y la culpa la han tenido tanto los errores en el muro, abundantes, como la inanidad mostrada por Massa o las prisas de Fernando. Algo falla en la de Maranello y en Montmeló es hora de resolverlo si no se quiere cruzar el ecuador de la temporada con el cuerpo del equipo metido en montoneras que nunca han beneficiado a La Scuderia.
Dado que los rivales aparecen diáfanos en el horizonte y el vehículo número 8 ha sabido estar a las duras y a las maduras, en el desembarco en Europa sería deseable que alguien se diera cuenta de que un líquido blanco y en botella suele ser siempre leche, y que al respecto tomara las decisiones pertinentes para que el ambiente interior de Ferrari favorezca realmente la labor del equipo y no posibilite la pérdida tonta de puntos.
En relación a lo mencionado días antes de llegar a Shanghai: de momento no hay novedad en el frente.
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