Nos quedaba rematar esta temporada de la NTT IndyCar Series 2024, y vamos a ello...
El Superspeedway es un óvalo de tres curvones al que hay que dar 206 vueltas durante el Grand Prix of Nashville, la última cita del calendario de monoplazas norteamericano, también conocido como Big Machine Music City Grand Prix, al que Álex Palou llegaba con un cambio de motor híbrido que le acarreó nueve posiciones de penalización en la parrilla de salida, y en el que necesitaba terminar nono si Will Power vencía la prueba.
Así las cosas, el español y el australiano eran a priori los protagonistas absolutos, aunque, como suele ser habitual en IndyCar, la propia carrera terminaría repartiendo los papeles y las frases, porque ya desde el inicio de la carrera se vio que la cita podía provocar algún que otro infarto. Kirkwood en pole, con Newgarden al lado, Power en la cuarta posición y Palou en la vigésimo cuarta después de una clasificación para olvidar. La cosa iba de estrategia pura y dura...
Tras el arranque con Kirkwood y Newgarden llevando a cabo un electrizante mano a mano por la primera plaza, Power conducía cómodo y sin arriesgar mientras Palou comenzaba la escalada que le llevaría hasta la décimo cuarta plaza en un puñado de giros. El barcelonés tenía que jugársela sí o sí, mientras que el de Toowoomba podía permitirse esperar acontecimientos, pero, de pronto, encarrilaba la calle de pits porque su arnés no lo estaba sujetando...
Varias vueltas perdidas y el gato había pasado a ser el ratón. Álex relajaba su presión y gestionaba sus opciones con relativa tranquilidad pues el título estaba en sus manos, al menos de momento.
Arriba, sin embargo, Newgarden, Malukas, Herta y Rosenqvist, entre otros, luchaban frenéticamente por comandar la carrera. Pato O'Ward aún no había aparecido en ese frente. Pero el de Meyer Shank Racing se quedaba sin neumático delantero derecho tras besar el hormigón en el giro 56, abandonando, provocando la primera amarilla y obligando a reorganizar las estrategias a lo largo y ancho de la parrilla. Después del reinicio el asunto seguía más o menos igual, aunque Katherine Legge perdía el control de su vehículo y originaba el segundo caution sin haberse cumplido la mitad de la prueba, y, como no hay dos sin tres, Marcus Ericsson, con problemas en los frenos de su coche, también abandonaba en la 137.
Estos tres cautions resultaron cruciales, básicamente porque desde la reanudación en la 146 y hasta el final no volvió a haber ninguno más y los teams y sus pilotos tuvieron que trabajar en base a lo que ya habían construido, algo que benefició especialmente al mexicano de Arrow McLaren, quien a partir de la 160 comenzó a presentar su candidatura a la victoria, aunque Colton Herta terminó arruinándole la fiesta.
Herta veía primero la ajedrezada, asegurándose así el subcampeonato en la Serie. O'Ward concluía segundo, con Newgarden inmediatamente detrás. En la cuarta y quinta plaza, Kirkwood y McLaughlin.
Power tan sólo había conseguido ser vigésimo cuarto, de forma que los 19 puntos de la undécima posición final obtenida por Álex Palou, aseguraban a éste su tercera Astor Cup [Y cayó la tercera].
Os leo.
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