Toca fingir un poco siquiera por amargar la fiesta a los ingleses, que no contentos con ensuciar el primer Mundial de Max con lo de Abu Dhabi pretenden llenar de porquería su más que posible segundo título a cuenta del límite presupuestario, olvidando todas esas cosas que, de ser recordadas, empañarían las seis coronas del heptacampeón y los ocho trofeos que lucen en las vitrinas de Brackley.
Ahora resulta que Milton Keynes es ventajista y juega arteramente, imagino que como Honda cuando llegó a la parrilla y de poco le rompen las piernas en plan recibimiento amistoso.
Quedan un puñado de citas que nos podíamos ahorrar, la verdad. Está todo dicho, o casi, pero sólo por ver cómo se revuelven ante la victoria del holandés y la casa de Adrian estas viboritas flanderianas y todos sus acólitos, bienpagaos o con alma de mamporreros, yo me quedo, y finjo que en el primer año de igualdad la FIA y Liberty no han vuelto a comprar pan para hoy y hambre para mañana, que no se mandó al destierro a Michael Masi porque había mirado mal a Lewis Hamilton; en una palabra, que Mercedes AMG es aquel faro de occidente con el que la dictadura de Franco engatusaba a sus creyentes mientras ocultaba lo sucias que estaban sus enaguas.
Os leo.
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