miércoles, 26 de octubre de 2022

El contrato con Dios


Volvemos a México y da la sensación de que lo hacemos como mirando de lejos un sitio a desmano, o, pero aún, pidiendo disculpas por molestar. Deberíamos alzar la voz reclamando que la imaginación vuelva al poder, que nos devuelvan lo robado, pero todos sabemos que es tarde para eso, y lo hemos interiorizado, circunstancia que me parece mucho más dañina...

La mejor frase que he leído esta mañana ha sido la exclamación vertida por un aficionado mexicano en Twitter: ¡Que Red Bull deje ganar a Checo! Sí, por favor, que le dejen, yo también lo pido, y abusando de su confianza también imploro porque nos dejen soñar otra vez a nosotros, porque cada carrera sea una oportunidad donde descubrir cosas nuevas, y donde los pilotos puedan ejercer de pilotos y no de marionetas de un sistema podrido por dentro y por fuera al que únicamente alaban los resentidos con la vida, los idiotas y los pobres de corazón.

Os leo.

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