Mejor apuntarlo antes de que se nos olvide: en Marina Bay, a 1 de octubre de 2022, bajo condiciones de piso cambiantes que hacían difícil la conducción, Charles Leclerc volvía a demostrar que hoy por hoy carece de rival a una vuelta.
¿La pole era de Max? Bueno, primero de todo, Red Bull debía haberle puesto suficiente combustible al monoplaza dorsal número 1 para que el holandés hubiese podido mostrar su cara más agresiva en giro lanzado, y segundo, y más importante, habría que verlo, que esto de vender la piel del oso antes de cazarlo se está convirtiendo en una fea costumbre de nuestra prensa especialista cuando se trata de poner pegas y peros al monegasco de Ferrari.
Os leo.
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