lunes, 26 de octubre de 2020

Historias de St. Pete

Josef Newgarden llegaba al Firestone Grand Prix of St. Petersburg con la imperiosa necesidad de ganar mientras que a Scott Dixon, líder de la Serie, le bastaba con terminar la prueba lo suficientemente cerca de su rival como para no dilapidar su ventaja...

Así las cosas, tal y como mencionaba el otro día [A St. Pete vamos], la carrera iba a estar enfocada alrededor de las evoluciones en pista de los dos litigantes, lo que no esperaba yo, y cabe reconocerlo con absoluta humildad, es que este aliciente extra me haya servido para disfrutar como un cosaco de un trazado que no me hacía ni fu ni fa.

En fin, Will Power partía desde la pole y remarcó su posición de privilegio desde el arranque mismo de la cita, seguido por Alexander Rossi y Colton Herta. Newgarden y Dixon, cautos y a la espera de acontecimientos, mantuvieron sus respectivas plazas (8ª y 11ª) hasta el primer paso por boxes. Para ese instante Power había cedido la cabeza de la parrilla al pasarse de frenada abordando una curva, cuya consecuencia más grave fue que su Penske se volvió inconducible. Rossi abrió brecha y la mantuvo al volver al trazado después de parar para repostar y cambiar gomas, mientras Dixon y Newgarden se vigilaban procurando no entrar a ningún trapo por evitar sufir un percance que acabara con sus expectativas.

La prueba discurría con tranquilidad cuando en el giro 34 Will Power tocaba el muro y terminaba dejando su coche en la escapatoria, circunstancia que llevó a Dirección de Carrera a decretar el primer caution de la jornada.

Tras la relanzada en el 41, Rossi seguía liderando pero Newgarden ya estaba cuarto, por detrás de James Hinchcliffe. Dixon había visto las orejas al lobo pero se vio perjudicado por el tráfico. Retrasado en la novena plaza, el de Ganassi necesitaba recortar terreno, y en esto Santino Ferrucci golpeaba a Takuma Sato provocando así la segunda amarilla sin que la parrilla hubiese tenido tiempo de estirarse. La presencia del Pace Car en pista se prolongó debido a que Conor Daly se iba al muro cuando calentaba gomas, de forma que en la vuelta 47 parecía que por fin todo estaba listo para una reanudación en condiciones, pero Andretti y McLaughlin se tocaban convirtiendo a VeeKay en víctima propiciatoria y, bueno, la carrera volvía a situación de caution...

El nuevo relanzamiento ocurrió en el giro 53. Rossi continuaba al frente, seguido por Herta, Hinchcliffe y Newgarden. Dixon ya se había hecho en propiedad con la sexta posición, cuando, ocho vueltas después, Colton Herta se precipitaba y bloqueaba frenos en la curva 4, abriendo de par en par la puerta para que el Tennessee tuviera un pie en el podio. Dixon se mantenía sexto en esos instantes y con ello le bastaba para obtener el título, pero aún no estaba dicha la última palabra.

Los pasos por el pit lane definieron pocas modificaciones salvo que Herta recuperaba la segunda plaza a su vuelta al asfalto, pero en el giro 70 Rossi cometía un error bastante bisoño, golpeaba el concreto y abandonaba provocando la cuarta amarilla del día. El relance fue rápido. Para la vuelta 74 se volvía a rodar con normalidad, pero Sato no podía evitar a Marco Andretti y al cabo del contacto se decretó un nuevo caution en el que cayeron emboscados Hinchcliffe y Harvey y, durante el cual, comenzaron a caer algunas gotas sobre una parte del circuito. 

La carrera se reiniciaba por quinta vez en el giro 80. Alex Palou, en una auténtica prueba de supervivencia con estrategias arriesgadísimas, había conseguido situarse segundo y dio un hachazo a Herta que lo puso brevísimamente en la primera plaza. Newgarden superaba a ambos y se colocaba líder mientras el catalán perdía algunas posiciones tras irse largo en una curva. Dixon ya estaba tercero, por delante de Pato O'Ward, pero Oliver Askew provocaba la sexta y última amarilla, donde además, debido a la duración de las neutralizaciones, el Pace Car tuvo que parar para repostar.

Resalida postrera en la vuelta 85 y el mexicano de Arrow Mclaren SP que atacaba a Dixon y Herta, respectivamente, y se iba a por Josef Newgarden. Final épico. Dixon ya era en esos instantes Campeón de la Serie pero su rival de Penske no estaba por la labor de que O'Ward le aguara la fiesta y, como guinda, Herta cometía un nuevo error que lo mandaba a media parrilla. Newgarden veía primero el banderazo final seguido por el piloto de Monterrey. Dixon acababa en tercera posición, consagrándose como hexacampeón de la IndyCar.

Os leo.

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