Buenas noticias

Ya nos iba haciendo falta una ración de buenas nuevas, y sí, la Fórmula 1 ha llegado a un principio de acuerdo (en estas cosas siempre hay que esperar a lo que venga después), por el cual, en 2021 se reducirá el presupuesto de los equipos a 145 millones de dólares, en 2022 a 140 y, definitivamente, a partir de 2023 se trabajará con tan sólo 135 como tope de gasto.

También se ha dispuesto la liberalización de copyright de ciertos componentes para hacer más llevadera la vida de las escuderías menos pudientes, y finalmente, se ha organizado una especie de Handicap for Success que reducirá el tiempo en túnel de viento y tratamiento a través de CFD (Computational Fluid Dynamics) de los equipos punteros según sea su rendimiento en el campeonato, mientras que bonificará a los parias de la parrilla con horas extra en estas áreas... 

En principio suena bonito pero hay tres problemas: el primero estriba en que limitar a los grandes de cualquier manera va a acabar afectando a los pequeños porque son aquellos los que más capacidad tienen para hacer progresar la actividad a través de I+D+i; el segundo está ligado al sistema de aprobación por mayoría cualificada y no por unanimidad —hablamos de él y se ve que vimos las orejas al lobo con antelación [La FIA modifica el Código Deportivo]—, lo que ha mosqueado a Red Bull y Ferrari, y posiblemente a Mercedes AMG; y por último, que, como de costumbre, el acuerdo queda abierto a posteriores negociaciones y ajustes, con lo que ello significa.

Pero quedémonos con lo bueno: las líneas generales ya están esbozadas y asentadas, lo que apunta a que la Fórmula 1 empieza a funcionar con un horizonte común, algo que, por mi parte, agradezco en el alma aunque nos lo fíen a tres años vista.

Os leo.