La impronta dramática de Ferrari es tan potente que, ahora mismo, hay quien piensa que La Scuderia está perjudicando a Leclerc frente a Sáinz, cuando es el monegasco quien se queda el año que viene...
En las cabecitas huecas de tanto iluminado no cabe pensar que Vasseur es un puto inane, que lo es, ni que Il Predestinato se ha quedado en un eslogan publicitario porque Charles llega donde llega y tampoco se le puede pedir más.
Carlos quinto al final del Gran Premio de Gran Bretaña (Britain), y el drama que no cesa. Y el monegasco a tomar por el flete de lejos porque quien debería mimarlo y acunarlo se ha olvidado de él y lo ha dejado a la intemperie, a que lo frían los vikingos o los sajones, o esa prensa amiga que no sabe salir de la retórica que encaloma los pecados propios al enemigo, esté fuera, intramuros, cerca o al otro lado de la mampara que separa los boxes.
Va a estar bonito 2025. No residirá el molesto en la de Il Cavallino, pero todo indica que seguirá en su puesto el inútil que ya ha escogido a Hamilton para ocultar sus carencias. Y continuará el drama, y a ver qué excusas se pilla el personal para justificar que lo blanco es blanco y lo negro es lo adecuado.
Os leo.
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