Si Scott McLaughlin vencía anteayer en Newton [¡Ya era hora, Scott!], consiguiendo así el primer óvalo de su carrera profesional, Will Power rompía en la Iowa 2 su racha de cinco años de sequía en ovales, lo que bien mirado no significa absolutamente nada pero viste mucho en el párrafo inicial de esta entrada, o así lo considero.
Bueno, a pesar del aparatoso accidente de Sting Ray Robb en el giro final de la segunda cita consecutiva en el Iowa Speedway, la carrera en sí dejó bastante que desear, con un tramo final del primer relevo literalmente soporífero, que, sin embargo, acabó haciendo las paces con el respetable por la gigantesca remontada que se cascó el australiano de Penske, quien logró la victoria tras arrancar vigésimo segundo. Pero no adelantemos acontecimientos...
McLaughlin partía desde la pole y mantuvo la posición de privilegio hasta la vuelta 98, más o menos, con un Álex Palou detrás, al que esta vez si le salieron las cuentas. A este estado de cosas ayudó un asfalto más cálido que el sábado, que inclinó la balanza hacia la conservación de gomas, lo que, a su vez, repercutió en unos cincuenta giros en lo que apenas sucedió nada en pista salvo rodar y rodar hasta la pertinente parada en boxes, cuya ventana se abrió alrededor de la vuelta 88 aunque el neozelandés entró definitivamente en la 96.
En esos instantes iba a cambiar radicalmente la prueba cuando Agustín Canapino perdía la cola de su monoplaza y trompeaba, originando que Dirección de Carrera decretara el correspondiente Caution. Palou acababa de llegar en esos momentos a pits y Power se veía como líder porque aún no había entrado, cosa que hizo en la 107. No obstante, el australiano sólo fue capaz de retener la segunda plaza, inmediatamente detrás de Palou, y por delante de McLaughlin y Dixon.
Con la reanudación, Power se limitó a presionar al español mientras trataba de distanciarse de sus rivales inmediatos, y así hasta el giro 205. McLaughlin había entrado temprano a cambiar neumáticos, perdiendo parte de su chance con una pérfida parada. Dixon lo hizo unas vueltas después, pero Palou y Power decidieron jugársela al gato y el ratón estirando sus respectivos stints. El caso es que al catalán apenas le quedaban gomas y su oponente gozaba de un poquito más de vida en el calzado de su vehículo, lo que le permitió quedarse en pista mientras nuestro compatriota entraba a boxes cruzando los dedos, et voilà, el de Penske había jugado magistralmente sus cartas y se ponía primero tras su parada.
Palou no se arrugó. Desde la segunda posición apretó al líder cuanto pudo, sobre todo durante las fases en las que el tráfico resultaba agobiante, pero finalmente, con el cacao que organizó Robb golpeando a Rossi y saliendo por los aires, tuvo que contentarse con ver después que Power la ajedrezada.
Will Power terminó primero. Segundo lo hacía Álex Palou. Scott Dixon se situaba en la tercera plaza después de un último relevo impecablemente gestionado. Colton Herta acababa cuarto y Felix Rosenqvist quinto.
Os leo.
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